días después la joven se arregló más de lo que lo hacía a diario, llevaba el pelo suelto, lo cual le daba un buen aspecto, llevaba un vestido discreto y una chaqueta a juego con el color de sus ojos. La vos de su conciencia le decía una y otra vez que no se involucrara sentimentalmente, pero eso ya era muy tarde. Mientras tanto, Dimitri se había dado cuenta de que su secretaria era inteligente, el problema radicaba en que ella tenía un trauma, si bien no era psicólogo. La había observado durante días, y sumó dos más dos, y lo confirmo con lo ocurrido hace días, no era ninguna inútil. Solo era un manojo de nervios, un pajarito asustado. —Señorita Guzmán, en unos minutos salimos a almorzar y usted me acompañará, es un almuerzo de trabajo. Ella lo miró y cuando sus ojos conectaron, e