El señor tomó asiento y como algo habitual, sacó una cajetilla de donde tomó un cigarrillo, lo prendió y llevó a los labios. - Antes de entrar al servicio militar trabajé para tu padre en recomendación del señor Adams, mi padrino. Mi trabajo era cuidar la mansión y parte de las zonas. Tenía 18 cuando los conocí, tu hermano tenía 13, tú 8 y tu réplica, la Ferguson menor, Taylor 3. - dejó escapar aquel humo del cigarro hasta que se volatizó por los aires. - trabajé con ustedes por siete años seguidos. Los vi crecer y era testigo de algunas travesuras que hacías a escondidas de tus padres, pero como no era niñero, jamás me metí entre ustedes. Siempre estuve atento a mis obligaciones sin nada que me distraiga. Cuando cumpliste 15 te me acercaste y preguntaste si podía ir a tu fiesta porque o