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2140 Words
Me levanté del sofá de tono grisáceo y me encaminé a la puerta, echa un matojo de nervios. Min San estaba tras la puerta. ¿Qué debía hacer? La pequeña cachorrita insistia en que abriese la puerta, mientras que zheus esperaba tranquilo sentado en su cama, de dibujos de huesos. Conté hasta tres y abrí la puerta sonriente. Una sonrisa incómoda. La pequeña Hae entró corriendo, montando un gran alboroto y haciendo que la cahorrita se volviera aún más imperativa. Por otro lado Sun iba dormida en los brazos de su padre, deduje que se durmió durante el trayecto en coche. Le pasa a menudo, además de que le encanta dormir. Me hice a un lado, para que pasase. Este asintió, para después entrar. Cruzó la entrada, hasta llegar a la sala, con cocina abierta. — ¿Dónde la dejó? Dijo refiriéndose a la pequeña. — déjala en su habitación, arriba a la derecha. Tiene un cartel con sus nombres. Este asintió, para después subir por las escaleras. La pequeña Hae vino hasta mí, con el juguete de morder de Zheus en la mano. Me agaché a su altura. — ¿mamá puedo ir hoy, otra vez a dormir con papá? — luego hablaremos de eso, ve a jugar. Revolví su cabello, está formó un puchero y se dirigió a molestar al pobre Zheus. San bajo, con su abrigo colgado del brazo. — oh dámelo, lo pongo en el perchero. Este asintió, me lo dio y fui a colgarlo en el perchero de la entrada. Para después dirigirnos los dos a la cocina. — café americano con hielo y sin azúcar ¿verdad? — exacto. Me puse a preparar los dos cafés, en mi caso si le pongo azúcar. Me dirije al armario donde guardamos el azúcar, y justo no alcanzó. Genial, gracias Jeon Joan. — dame lo alcanzo yo. — Joan lo pone en el armario para que Hae no se lo coma. — me lo deberías haber dicho antes, se comió el azúcar de Teo y lleno todo el suelo. Tenias que ver su cara esta mañana, literalmente nos ha echado de su casa. Me dio el azucarero. — siempre que van con Teo le acaban rompiendo algo… Acabe de preparar los cafés, también preparé unas galletas, osea las saqué del paquete y las puse en un plato junto a un zumo de melocotón para Hae. Nos dirigimos a la sala y nos sentamos en el sofá. — traje el informe de la nueva víctima. Es Park Yani, una chica asiática, más concretamente coreana, de 26 años. Es actriz de cine para adultos. — ¿Otro coreano asesinado en New York? — No es una coincidencia. —Dijimos al unísono, sonreí incómoda, mientras él se tocaba la nuca igual de incómodo. — seguramente tengan algo que ver, los dos casos. — si, pienso igual. ¿Tienes el informe de Lee Mark? — si Saqué de la carpeta azul que estaba sobre el sofá, el informe. Y se lo mostré, este no dudó en cogerlos y revisarlo de arriba a abajo. Como si mi trabajo no sirviera de nada. — ¿lo has revisado? — Yo misma hice el informe. — me lo llevaré, para revisarlo. — Ajam. Este guardó el informe en su carpeta, para después dar un gran sorbo a su café. — ¿estás mejor? — ¿Qué? No entendí, ¿estas mejor, de que? — ¿te encuentras mal cierto? Me dijeron que no te encargaste del caso, porque no te encontrabas bien. Oh mierda. — oh si si, ya estoy mejor. Un mal día, eso es todo. — Jackson no dijo eso. ¿¡Y qué mierda dijo ahora, ese idiota que tengo por aprendiz!? — ¿y qué dijo..? Pregunté con cautela. Este me miró fijamente, me incómodo. Fue como si intentara descifrar algo de mi. — dijo que llevabas un tiempo comportándote raro, ¿estás segura de que estás bien? Ese idiota de Jackson. — ¿ahora te preocupas por mi? No hagas como si de verdad te importara, San. — siempre me has importado, Khloe. Suspire pesado, mientras me levantaba del sofá. — no quiero empezar a discutir, San. Voy a revisar a Sun. Deje al chico solo, con la pequeña Hae jugando en el suelo entretenidamente con los dos perros. Subí las escaleras y me dirigí a la habitación que comparten Hae y Sun. Joan se está encargando de buscar un nuevo apartamento, ya que este se nos está quedando pequeño. Hae se queja mucho de tener que compartir su habitación con Sun, queremos un apartamento que tenga tres habitaciones como mínimo. No como este. Pero a la vez me da lástima, este fue mi primer apartamento en New York, Sun se ha criado en este apartamento. Pero entiendo perfectamente que con los años Hae y Sun, quieran más privacidad y espacio para ellas mismas. Llegué a la habitación y entre, Sun seguía durmiendo. Me acerqué para arropar la bien, pero me di cuenta de que está estaba demasiado caliente. Salí al pasillo — ¡San! Puedes subir el termómetro, está en el escritorio. Lo llame desde arriba, este tardó unos segundos en subir. Entramos los dos en la habitación — ¿Qué pasa? Preguntó, al ver cómo le ponía el termómetro a la pequeña. — está demasiado caliente, estoy segura de que tiene fiebre. — pero en casa estaba bien… El chico empezaba a preocuparse de más, se nota que no sabe que su hija tiene fiebre muy a menudo. Ya que se resfría con un poco de frío que coja. Este empezó a dar vueltas por la habitación, con sus brazos en jarra. — seguro cogió frío por la mañana, maldito Teo y su tacañez ¿¡tanto le cuesta poner la puta calefacción!? — ya San, Sun se resfría por nada. Llamaré a Joan y la llevaremos al médico, ¿puedes quedarte con Hae? — no. Yo voy contigo a llevar a Sun, que Joan se quede con Hae. Rodé los ojos, para después salir de la habitación. Dejando a San con la pequeña. Saqué mi teléfono y marqué a Joan. Tardó unos segundos en contestar En la llamada: 《 — ¿Castlie?》 《 — Joan, Sun tiene de nuevo fiebre. Voy a llevarla al médico, ¿puedes recoger a Hae en casa de mi abuela?》 《— no quieres que vaya contigo? Voy de inmediato a casa. 》 《— no, no hace falta. San insiste en ir el…》 《— ahm entiendo, esta bien. Recogeré a Hae en cuanto llegue. Cualquier cosa llámame de inmediato ¿vale?》 《— cuenta con ello, nos vemos Joan 》 Colgué la llamada y entré de nuevo en la habitación. — Voy a llevar a Hae, al apartamento de mi abuela. Vive justo abajo. — ve, yo me encargo de Sun. Asentí, salí de la habitación y bajé a la sala. Le puse la correa al cachorro y cogí a Hae en brazos, me dirigí a la puerta y salí con estos dos. Caminé hasta el ascensor, por suerte mi abuela vive en el mismo edificio. Ya había dejado a Hae con mi abuela, volví a mi apartamento y subí a la planta de arriba. — ¿Qué hacemos ahora? El chico estaba perdido, preparé una pequeña mochila y me acerqué a él. — llévala en brazos hasta el coche. Este la sujetó con cuidado, salimos de la habitación y nos dirigimos a la entrada. Cogí mi abrigo y el del chico, además de las llaves del coche y de la casa. Para después salir del apartamento. Bajamos en el ascensor hasta el parking y nos dirigimos directamente al coche. — conduzco yo, ve tú atrás con ella. No pude rechistar, ya que yo iba a decir lo mismo. Me subí en la parte trasera y el chico me pasó a la pequeña, le di las llaves y cerró la puerta trasera, para entrar en la del conductor. El trayecto fue en silencio, realmente incómodo. Por suerte no tardamos en llegar, entramos directamente a urgencias, de ahí nos pasaron a pediatría. Tuvimos suerte, ya que estaba la pediatra oficial de las dos niñas. Entramos a consulta, nos sentamos frente a la pediatra. — otra vez por aquí. ¿Fiebre alta de nuevo? Asentí, mientras suspiraba con frustración. — le pondremos una inyección en medicina, eso le bajará la fiebre. ¿Y el señor Jeon? Esto es incómodo, con San aquí. — ahm… se quedó con Hae. — Hoy he venido yo, su padre. Note cierta tensión en su tono, deduzco que le molesta todo lo que tenga que ver con Joan. Una ridiculez, como diría Jun. — oh pensé que Joan era su padre. Note desde lejos como se tenso su mandíbula, carraspeo. — pues no es así, lo debió notar en el apellido. Moon Sun. No Jeon Sun. Moon Hae, no Jeo... — San ya lo ha pillado. Lo corté de inmediato. — podemos centrarnos en Sun, por favor. Punto de vista de San Después de pasarnos dos horas en el médico, volvimos a su apartamento. Sun dormía plácidamente en mis brazos, mientras subíamos en el ascensor. Siento que me comporte como un inmaduro, sentí que debía dejar en claro que Sun y Hae son mías. Eso suena realmente mal, son niñas no objetos. Dios, me doy asco como persona en estos momentos. Cuando entramos en el apartamento, lo primero que vi fue a Joan, sin camiseta andando como si nada por la cocina. ¿Esto es una broma? ¿¡En serio va medio desnudo por la casa delante de mis hijas!? San relájate… El muy idiota se atrevió a acercarse a nosotros y dejar un beso en la mejilla de Khloe, delante de mis narices. San tienes a Sun en brazos, relájate. — ¿ya está mejor? — si, si me disculpan voy a llevarla a su habitación. Necesitaba salir de esa incómoda escena. Subí a la habitación de las dos pequeñas y dejé a Sun en su cama, me encargué de acomodarla y arroparla. Antes de salir de la habitación, deje un pequeño beso en su frente. Bajé de nuevo a la sala, Joan estaba en la cocina preparando lo que supongo que será la cena. Estaba por irme, pero Hae me agarró del pantalón. — ¡Papá! ¿¿Puedo ir contigo?? Suspire, mientras me agachaba a su altura. — Mañana tienes clase, Hae. Cuando salgas de clase te recogeré yo ¿vale? La pequeña asintió con frenesí, para luego abrazarme. Después se fue corriendo por los pasillos. Me puse de nuevo en pie y me encaminé a la puerta con Khloe detrás. — si le pasa algo a Sun, no dudes en decírmelo por favor. — lo are. — Nos vemos en la cena de jimin. — oh ¿al final irás? — si, hace tiempo que no veo al idiota de Jimin. Se le echa de menos. Bueno descansa. Sin más salí del apartamento, no sin antes darle una última mirada a Joan, señor voy sin camiseta por toda la casa. Me fui directo a casa, ya era tarde, así que, Teo ya estaba en casa. Dejé mi abrigo en el perchero, y me fui directo al sofá. Ignorando por completo a tannie, quien me seguía esperando un saludo. — ¿un mal día? — vi a Joan sin camiseta… — amh, no se como debería interpretar eso. El chico me dio una cerveza. — ¡va por el apartamento de Castle, sin camiseta! ¿¿Ves eso normal?? — al menos esta vez llevaba pantalones. — ¿Qué? Me estás jodiendo ¿verdad? — ya me gustaría, pero no es la primera vez que me pasó por su casa y esta en calzones — ¡Dios, es un pervertido! ¿¡Mis hijas ven eso!? Le estoy cogiendo una manía tremenda a Joan Pegue un gran sorbo a la lata de cerveza, para luego recargar mi espalda en el respaldo del sofá. — no te apresures Hyung, Joan solo quiere lo mejor para Khloe y las niñas. No deberías estar tan molesto con él. Al fin y al cabo tú fuiste el que se fue, sin importar quien cogiera tu lugar. Tienes suerte de que sea Joan y no cualquier otro hombre. — esta bien yo tengo la culpa de todo, pero tengo derecho a equivocarme y querer arreglar las cosas ¿¿no?? — si, pero ¿y si ya es tarde? ¿Has tardado casi 3 años en darte cuenta? La vida sigue estés o no estés, Hyung. — eso es de Joon ¿cierto? He cambiado ¿vale? Fui un grandisimo idiota, pero nunca dejaron de importarme las niñas, ni Castle. Debí dejar mi pasado atrás y centrarme en el futuro, pero me cegue.
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