El punto de vista de Isabella En el momento en que la abuela apaga el televisor para interrumpir el programa de película en el que estoy absorto mientras mastico las palomitas caseras que preparé esta mañana, sé que ya es hora de que hablemos. —Bella —llamó, dejando caer el control remoto en el pequeño taburete a su lado y girándose hacia mí. Mastico las palomitas que quedan en mi boca y dejo caer el bol antes de mirarla con una mirada culpable. “Quiero que me cuentes qué pasa y por qué te casas”, va directa al grano sin andarse con rodeos. Fingiendo confusión y frunciendo el ceño, sacudo la cabeza. "¿Por qué me voy a casar? Creí que ya habíamos hablado de esto". "Sí, lo hicimos, pero aún no estoy del todo convencida de todo lo que me dijiste", declara abiertamente, mirándome atentam