Kalen. Bena—. Hola preciosa, tengo noticias. Kalen—. Hola, dime. Bena—. Terminé definitivo con Andrea, ahora si podemos salir con libertad. Kalen—. ¡Woouuu, no puedo creerlo, que alegría!. Bena—. Si, ahora tu debes resolver lo tuyo. Kalen—. Ya lo hice hace unos días, le mandé mensaje. Bena—. Buenísimo, entonces mañana viajo para allá así aclaramos las cosas con tus papás. Kale—. Si, que nervios. —Kalen, me tienes que llevar donde la abuela hija. —Si mami, ahí vamos. —salgo mas que feliz de la casa, mi mamá y hermanos me miran porque no ando alegre casi nunca. —¿Qué te pasa?. —Nada. —Mmmm. —Cuando estemos solas te cuento. —Ay si, porque nosotros somos unos tremendos metiches. —La verdad que si porque no quiero que papá aun se entere. —al llegar al pueblo vamos al almacén asi