Lía sintió suaves besos en su rostro, y no puedo evitar sonreír, poco a poco abrió los ojos y se topó con unos hermosos ojos verdes que tanto le gustaban. —Hola mi bella durmiente — le dijo antes de darle un beso en los labios. — Hemos llegado. Lía se estiró en el asiento y miró a su alrededor. —La playa, ¿Qué hacemos aquí? —Te traje para que viéramos el amanecer, además que quería hacerte una propuesta. — dijo nervioso. Salieron del auto y empezaron a caminar, Lía se detuvo para quitarse los zapatos, y volvió a darle la mano a Gael, caminaban en un cómodo silencio. —Sé que ya lo sabes — empezó a decir Gael — Pero yo me enamoré de ti desde que vi tu foto, parecías un hermoso ángel, te juro que no hay segundo en que no me arrepienta de haberme metido con Lina, me he hecho daño yo m