- Hola Niko - dijo ella muy temprano en la mañana mientras ingresaba a la cocina donde el pelirrojo se encontraba evidentemente distraído. - ¡Ey rubia! - exclamó él -. No te había visto - explicó mientras le pasaba su batido. - Me he dado cuenta. ¿Qué pasa contigo que no apareces en el mostrador hace varios días? - el muchacho respondió con un gesto de desagrado, indicando que no tenía ganas de hablar sobre aquello, pero Tau no pensaba quedarse callada -. Si me vas a hacer adivinar te puedo asegurar que soy capaz de armar historias muy locas - le advirtió mientras lo señalaba. El hombre sonrió. - Ok. Pero no hagas preguntas - la condicionó y ella asintió -. Hace varios días sentí… Sentí ese exquisito olor que me dejó sin palabras - la chica no comprendía una sola de las palabras que el