Xumac era un Alfa de puma, de pelo rubio oscuro y penetrantes ojos marrones. Era casi tan alto como Anwar o Mark, pero mucho más delgado y atlético. Sus músculos estaban definidos y no podía decirse que era menos atractivo que sus compañeros. Él era el encargado de entrenar a los reclutas en el uso de armas. Su vista, impecable y aguda, le otorgaban una puntería envidiable. Amaba estar en su espacio, rodeado del frío metal de los cañones, preparándolos y dejándolos listos para su uso. Es por eso que no era raro encontrarlo allí un domingo, como el día de hoy, trabajando en su material. Escuchó un suave ruido en la mesa que estaba a su espalda, tan suave que si no hubiera estado sumergido en un total silencio, y su oído no fuera tan bueno, no lo habría escuchado. Sonrió y giró para verla. A