8 Ya la conoce.

1273 Words
Los cuatro comienzan a correr y luego de la tercera vuelta Lorenzo y Michael sacan una distancia de veinte metros de Jaime y Agustina. La vuelta tiene alrrededor de ochocientos cincuenta metros, por lo que alcanzo a calcular. Se miran entre ellos y presionan los dientes dispuestos a aumentar la velocidad. Conozco el nivel físico que hay que mantener para pasar por todo el circuito y sé que debe de ser muy bueno para cumplirlo con éxito. Puedo apostar mi vida que si siguen corriendo sin siquiera respirar como corresponde, van a llegar agotados a la piscina y me rio para mi mismo. Jaime trata de acortar la distancia que tiene con ellos y se sobre exige para lograrlo. Cuando los está alcanzando, su rostro está rojo y respira por la boca agitadamente. Lorenzo y Michael van cabeza a cabeza, pero cuando están en la última vuelta, bajan la velocidad, llegando a la rampa, trotando forzosamente. Agustina hace rato que alcanzó un ritmo bastante prolijo. Corre respirando por la nariz y extendiendo sus piernas al máximo en cada paso. Usa sus brazos y manos para mantener el impulso del cuerpo y la cabeza recta para no recargar sus extremidades inferiores. -Ella si sabe correr- acota el Cabo de brazos cruzados con una sonrisa de orgullo. No emito ningún comentario y sigo observando lo que sucede frente a nuestros ojos. Michael toma la primera cuerda de la rampa y más parece su ancla y salvavidas que el próximo objetivo a sortear. A su lado se posiciona Lorenzo que toma la del escalón más arriba, pero un sacudon al entretejido de cuerdas lo hace caer. En el otro extremo, Agustina pegó un salto que le permite tomar una cuerda a dos metros del piso. Con una agilidad impresionante debido a la ropa deportiva, grande y a su estatura, trepa una pierna y coloca su pie en una cuerda firme. En dos movimientos de sus piernas y brazos ya está casi en la cima. -Mierda. No nos puede ganas, Mich- se queja Lorenzo. Los dos se ayudan y suben hasta el punto más alto. Del otro lado, Agustina baja hasta el medio de la rampa y se tira al piso con la misma pirueta estilo tortuga rodando en su caparazón. Se posiciona en sus manos y rodillas para ingresar a la pista de barro en el momento en que Jaime llega a la rampa casi sin aire. -Si comenzaste lo terminas- lo señalo. Tuvo la oportunidad de quedarse y la desaprovechó, ahora que se atenga a las consecuencias. En la pista de barro, reptan ayudándose de los codos y las rodillas. Agustina está a una distancia de tres metros sobre los varones, que imitan su técnica para pasar por la pista. Se arrastran, giran sobre su tronco cuando es necesario, se incorporan en sus manos y rodillas cuando es ameritorio durante todo el recorrido para no sangrar en el camino. Dirijo mi vista a Jaime, que cruza una pierna sobre el poste al final de la rampa. Mira hacia abajo y se persigna para cruzar la otra y comenzar a defender mirando el lugar exacto de su próximo movimiento. En el borde de la piscina están Lorenzo y Michael sacando los buzos empapados en barro para tirarlos a un costado. Buena estrategia si me preguntan. Están eliminando todo el peso innecesario antes de lanzarse a la piscina con agua de color poco confiable. Unos brazos tapados con una tela gris y envueltos en lodo, salen del agua en el estilo mariposa a unos diez metros del borde. ¿Se tiró con buzo y todo? Está loca. No tiene oportunidades contra los chicos. Jaime pelea con los alambres de púas y sus pies se resbalan cada dos por tres por el barro. Se engancha toda la ropa y puedo jurar que esta a un paso del llanto. Hasta gracia me da el pobre. -¡Corre, Agustina!- exclama Laura a mi lado y desvío la vista a la piscina. Salió del agua completamente empapada y se escurre el buzo contra el cuerpo mientras corre hacia el próximo obstáculo Los chicos Dan brazadas en la piscina y les cuesta salir, pero lo logran. En un par de pasos llegan al primer tronco de cada uno. Lorenzo se cae y trepa la escalera casera para volver a comenzar. Esa caída debió doler. Es metro y medio de altura. Michael va en la mitad del tercero y sólo le faltan dos. Agustina va en el último y le cuesta un poco mantener el equilibrio. -¿Porque no compitió así en la otra pista?- me pregunto en voz alta. -Esta la conoce a la perfección. El capitán Sosa la mandaba para acá en plena noche y no la dejaba dormir si no llegaba hasta el último obstáculo. - susurra Díaz. La miro en el campo de tiro y toma el arma de pintura poniendo la culata en su hombro derecho. Su rodilla izquierda se posiciona en 90 grados y la derecha al piso. Dos disparos suenan justo cuando Michael y Lorenzo toman sus armas y disparan a los dos objetivos más cercanos un par de veces. Jaime sale de la piscina. -Le dió- exclama Díaz y sale disparado. Yo en cambio camino tranquilo para corroborar que Lorenzo rozó el objetivo y que Agustina le dio a la cabeza. -Lorenzo. Elijes. - dictamino. -Campamento- dice con una sonrisa. -Bien. Todos al pabellón. - miro al cabo y señalo a Jaime - que termine el recorrido y valla al pabellón, Cabo. -Si, capitán - Andando- ordeno para el resto que me siguen. Al ingresar al pabellón Michael y Lorenzo son los primeros en buscar sus cosas y adentrarse al baño. Laura busca a Agustina y la felicita en voz baja. -Eso estuvo genial. Les podrías haber ganado antes ¿Porque no lo hiciste?- Le susurra. -No vale la pena- responde revolviendo sus cosas. Ellas piensan que desde aquí no las escucho, pero la altura del lugar permite que las ondas de sonido hagan eco y cada murmullo llega aumentado. -Oh, si que lo vale. Son unos idiotas y te han molestado. ¿Porque no dejarlos en ridículo?- refuta Laura. -Ya viste como fue. Déjalo pasar. Vamos a bañarnos. Asique piensa que no vale la pena. Ya voy a encontrar el modo de obligarla a competir desde el inicio. Es muy buena en esto y si no supiera que asesinó a alguien, estaría convencido de que sería un buen m*****o del escuadrón. El potencial lo tiene. Como siempre es la última en salir de baño, pero como Jaime acaba de llegar, le toca secar el baño a él. -Guarden abrigos, agua, golosinas y algo para entretenerse en el campamento en estas mochilas. Cada uno lleva la suya. - les dejo las mochilas encima de una de las camas. - Las bolsas de dormir tienen que ir por fuera y asegúrense de llevar bolsas para la ropa sucia. Luego de un breve okey de su parte, me voy a acomodar mi propio bolso. Guardo ropa interior, un pantalón de repuesto, remera, toalla, una bolsa con gomitas de eucaliptos, cepillo de dientes y camperas de abrigo. -Capitán. -Cabo. -Jaime dejó el baño seco y puso la ropa a lavar. Ya tienen sus mochilas listas y la mía ya estaba pronta. -Bien Cabo. A merendar y preparar todo. Ya pedí fruta para el fin de semana y algunas verduras. Veamos como llevan la intemperie. -Claro que sí capitán. - sale al corredor- A la cocina, muchachos. Partimos luego de la merienda. -Nos vamos de campamento- festejan entre ellos Lorenzo y Michael. El resto solo ríe emocionados.
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