Samara. Su mirada perdida en un punto imaginario en la mesa, me hace observarlo, así que, finge ser una persona indeseable, seria, distante, para alejar a los demás, pero, ¿por qué? — ¿Por qué? Pregunto en voz alta, él se encoge de hombros, sonríe con un poco de ironía, sin mirarme. — Supongo que, cuando era niño, mi padre me dijo que, si no aprendía a hacer de todo, no podría valerme por mí mismo. — Pero, eres un lobo. — En el mundo licántropo, pero, no puedo jactarme de eso cuando estoy en medio de una reunión de humanos, ¿o sí? Me tomarían como un fenómeno. — Cierto. Susurro, un poco avergonzada, luego, trago saliva antes de mirarlo de nuevo. — Pero, sí sabes hacer de todo. — Lo sé, he tomado clases de todo aquello que se le ocurrió a mi padre. — ¿Cómo cuáles? — Esg