Erika.
15 de enero del 2040.
Manhattan, New York.
A veces pasamos por situaciones donde herimos a más de una persona, donde simplemente no nos vemos con la suficiente capacidad como de lo que ocultan ciertas personas bajo los besos, caricias y sexo que nos dan ellas mismas.
Fingir que estás bien es normal; pero estarlo en realidad es malditamente duro y difícil, más cuando tu cabeza no deja de repetir esas escenas catastróficas que te llevaron a caer en picada por un abismo de desolación. Muchas veces decimos que la culpa es del tercero, y en parte lo es, pero también es de la persona que le permite la entrada y de la otra que no valora lo que tiene.
Nunca cuando das un segunda oportunidad todo vuelve a ser igual, ni siquiera el amor que se tenían esas dos personas vuelve a ser lo
