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1896 Words

Franco miraba hacia el horizonte mientras Stefano estaba en frente de la tumba reflexionando y en silencio pensando en su primo. Las historias que sabía no lo dejaban conforme, y le intrigaba que Franco no le diera más información tal vez porque él ya había hecho lo que se debía, pero él en su cualidad de primo también quería hacer algo. —¿Cómo es posible que no se sepa quién lo mató? —seguía mirando la tumba y Franco dejó de mirar el horizonte para mirarlo a él. —El club completo murió, y nadie murió feliz. No importa quien haya sido, está muerto de todas maneras y sin justicia. El pelinegro lo miró desde su posición, frunciendo el ceño porque siempre le molestaba la frialdad y el raciocinio que usaba con su tono de voz para hablar de todas las cosas, como si todas fueran iguales y n

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