Capítulo Seis Esta vez no se alteró cuando Jeremiel tiró de ella hacia ese lugar intermedio donde se sentía como si estuviera en caída libre. Pensó que la llevaría a ver a su padre, pero en cambio era agosto, y estaba atascada en el asiento trasero del coche de Mauricio, donde ella y él estaban en el asiento delantero, envueltos en una amarga discusión sobre ella yéndose a la universidad. Jeremiel estaba justo fuera de la ventana mirando hacia adentro, aunque ella dudaba que cabería aunque lo intentara. ¿Qué tan grande era su envergadura de todas maneras? se preguntó. —¿Por qué estamos aquí? —Tú dime. Se vio discutir con su novio, es decir, ex-novio, el bastardo doblemente mentiroso. Su conocimiento recientemente acuñado de la rata que era hizo poco para aliviar el dolor mientras mira