Mi corazón herido aun por los años golpeó fuertemente en mi pecho cuando mi tío me mostró la fotografía de nuestro enemigo Felipe Córdoba, el cual me había quitado a mis padres y hermanos.
—Estoy listo para mi venganza—mencione con impaciencia.
—No, Anthony.
—¿No? ¿Por qué diablos quieres privarme de la venganza que, por derecho es mía?—pregunte.
—No voy a dejar que te apresures en esto. Terminará demasiado rápido y no te quedará nada más que el sabor amargo de la decepción. Tu venganza no puede ser rápida —contestó tranquilamente.
Quería discutir con él, pero mi tío tenía razón. Me arrepentiría de actuar por impulso.
—Entonces ¿Cuál es el plan?–interrogue ansioso. En ese momento él me mostró una segunda fotografía.
—Felipe, tiene una hija no reconocida. Hace un año se enteró de su existencia y ahora ella es su debilidad. Hazla tu prisionera y luego la pondremos a la venta como una de nuestras esclavas sexuales, él vera el sufrimiento de su única hija y no tardará en caer de rodillas ante nosotros—informó.
Sonreí ante su idea. Estaba listo para comenzar con mi venganza.