Roberto está furioso con su amante por la declaración qué este hizo. Él jamás imaginó que el hombre que decía amarlo lo pudiera contagiar con una enfermedad incurable y que además lo hiciera solo por rencor. Ahora mientras que va en un taxi hacia el apartamento de Carla piensa lo que va a hacer a continuación. Él sabe que al día siguiente le van a dar la salida por lo tanto va a estar pendiente y es cuando va a actuar. — ¡Me la vas a pagar! — murmuró en voz baja dentro del taxi — pagarás con tu vida el haberte burlado de mí y de mi mujer— murmuró perdido en sus pensamientos. Al llegar eran más de las doce de la noche y no pensaba que la iba a encontrar despierta, y eso lo tranquilizaba porque así no tendría que darle alguna explicación, pero al parecer debería inventar algo en el camino