Jorge salió muy temprano para el trabajo. Estaba rebosando de felicidad debido a que su noche con Antonella lo llenaba de satisfacción y cada día pensaba que ella era la mujer indicada para él. Sin embargo, aún tenía dudas en saber qué era lo que realmente sentía por ella, si era solo deseo, curiosidad o el muy sencillo, pero complicado amor. Y su paciencia y cordura serían probados en aquella mañana.
Antonella llegó temprano a la clínica y comenzó a laborar y era muy notable la felicidad tanto en sus ojos que brillaban con intensidad como la sonrisa que adornaba el rostro de la joven.
—Buenos días, jefe — dijo una de las auxiliares entregando la planilla de los pacientes los cuales ella revisó con detalle y de manera muy ética.
—Gracias, Sofía —contestó la jefe a la joven y de inmediat
