Descuide mi luna, algo me dice que serán felices…— Ivanna murmura esto mientras mantiene los ojos cerrados, no esperaría a que nacieran los bastardos que esperaba Daphne, no, también los mataría, no debían ver la luz del día. Por eso ha estado guardando y soportando todo el odio que le era posible, de esa manera, no le temblaría el pulso para encargarse de Daphne, era repugnante para ella tener que seguir soportándola, todo acabaría un día. Se encargaría de ello. Así los días fueron pasando, hasta que Alejandro tuvo que partir nuevamente a la batalla, como jefe y alfa de todo un imperio, debía estar presente para alentar a aquellos que iban a la batalla en su nombre, ¿había mejor motivación que esa? Pues si bien, Daphne lo tomo con calma, estuvo todo el resto del día muy emotiva, Alejand