Christal trató de acercarse a él, pero aquella pared invisible no la dejó. —¡Christal, detente, debes calmarte! —Fernando la tomó de la cintura y comenzó a apartarla. La joven pudo ver cómo Eduil se apartaba con su grupo y se internaban en la aldea. —Eduil, Eduil —musitaba Christal con lágrimas en los ojos—. Por favor… —¿Qué dices? —preguntó Fernando. —Ayúdame… —soltó Christal. —Te voy a ayudar, pero necesito que te calmes —comentó Fernando. Aquello descompuso a la chica, tuvo que fingir que lo que había dicho era para Fernando y hacer silencio. En aquel momento llegó una joven de cabello azul oscuro liso, su apariencia les pareció a los jóvenes bastante extraña. Christal sospechó que aquella joven era la que había creado la barrera que le impidió acercarse a Eduil. —¿Q