MEGAN HOBBS
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Salir de casa abrumada después de oír al que un día fue mi suegro, sumado que no había dormido un carajo y que prácticamente no iba a poder hacerlo por la cantidad de gente parloteando en la sala, creí que ir al trabajo sería una cuestión de despejar la mente sin embargo todo se volvió un maldito caos.
Me llamaron desde Nueva York para firmar unos papeles urgentes que no podían ser firmados por mi socio sino por mí que soy la socia mayoritaria. No tuve tiempo ni siquiera de ir a casa a buscar un poco de prendas, tuve que tomar un avión de urgencia hacia la ciudad que me llevó al lugar donde menos quería estar debido a la última vez que había estado aquí. Para mi suerte, mi tormento está en mi casa así que caminé por las calles de forma tranquila e incluso me tom
