MAXIMILIAM DUPONT
Observo la pantalla de mi móvil la cual está parpadeando con una llamada entrante de Eve. Luego de no responder, la otra persona que me llama es mi padre. No tengo intenciones de hablar con ninguno de los dos, de hecho creo que ahora mismo no tengo intenciones de hablar con nadie que no sea la mujer que reposa desnuda a mi lado.
Sé que luego de estar seis días de puro sexo, a toda hora prácticamente, mi cuerpo debería de estar un poco agotado pero no es así, no siento nada. Cada que la veo, mi m*****o reacciona pues su cuerpo es un interruptor para mis ganas más perversas de tenerla aquí todo el tiempo, pero dado que vinimos aquí a conocer y conocernos, no me quedo en cama.
He intentado por todos los medios hacerla feliz y llevarla a recorrer cada parte que podamos.
