MEGAN HOBBS
Mucho tiempo quise hacerme creer que olvidar a Max era lo correcto. Dado que a mí misma me engañaron durante mi matrimonio, jamás permitiría que Max me convirtiera en su amante pues a final de cuentas, es lo que seré a los ojos del mundo pues el título de novia se lo entregó a otra persona, una mujer que además de todo, vive con él en su casa de Nueva York, una a la que su padre adora, a diferencia de mí.
Justo por eso me paro firme ante él.
—Tienes dos semanas, pero no me acostaré contigo si sigues con ella porque no seré segundo plato de nadie.
Él sonríe.
—Jamás fuiste el segundo plato, cariño, ni lo serás.
Niego de igual manera.
—Es tu novia, todos saben que están juntos así que no haré nada, ni diré nada comprometedor hasta que pienses bien a quién quieres a tu
