La noche pronto cayó en todo Florencia, en el camino unos vehículos se trasladaban a la mansión Sandoval, parecían tener prisa pues Jessica estaba atrasada de la cena con dicha familia. Nunca pensó que le iba a tomar más del tiempo establecido en su restaurante, fue como un abrir y cerrar de ojos. Los comensales iban y venían, todo daba a entender que extrañaron la comida preparada por ella.
Cuando al fin los vehículos se detuvieron, Jessica bajó a toda brisa. Tenía que darse un duchazo, colocar nuevas ropas e ir con Ricardo a aquella cena.
Los tacones empezaron hacer una verdadera molestia en sus pies. Cada paso era difícil, decidió que era mejor retirárselos y llevarlo a sus manos. Al subir las escaleras a gran velocidad y estar a punto de entrar en su habitación, una mano la sostuvo
