Oriana a manera de calmar un poco la situación, le dice a Leonardo que lo mejor es dejar el tema así, y sobre los socios, ella sigue con su maraña de mentiras:
—Lo de los inversionistas, no es mentira, pero sí, yo logre calmarlos un poco, de igual manera no está de más que te conozcan, en tu ciudad es diferente, quizás allá la gente no se complica con este tipo de cosas, pero, aquí, por el contrario, a la población, en general, le gusta ver personalmente, con quienes hace negocio, y más si son foráneos, es decir, personas de afuera—.
Leonardo, cree todo lo dicho por Oriana, y pide entonces:
—Entonces con más razón Oriana, quiero ir a conocerlos—.
—Pero así no Leonardo, lo mejor es que los conozcas en una reunión que hare está noche en mi casa, una cena típica de las que realizan aquí
