Alma volvió hacia el hospital, con el cheque que le acababan de dar entre las manos, no dejaba de mirarlo mientras las lágrimas caían por su rostro. ¿Por qué los problemas seguían llegando? ¿Por qué todo se acumulaban? ¿Por qué sentía que todo estaba en su contra?. «Ya basta de llorar» se dijo al estar frente al hospital, se cubrió un poco el rostro enrojecido, con algo de maquillaje y se fue, decidida, hacia la habitación de su madre. Todo cambió en cuanto entró y la vio sonreír tenuemente, en ese momento supo, que todo valía la pena y que, mientras estuvieran con vida, había esperanzas. Pero para esa misma tarde, otro pensamiento inquietante la abordaba: ¿Por qué Edan no aparecía?. Se suponía que él iría por ella para pasar a visitar a su padre, eso era parte del contrato y era part