Isabel. . La tensión, las indirectas, la cara de desprecio, el rostro de preocupación de Patricia todo indicaba, desastre, y eso exactamente fue lo que sucedió, lo supe en el instante que Dániel no regresó y Antonio se despidió de nosotras porque tenía algo urgente que hacer. Conocía perfectamente a Dániel, su temperamento no había cambiado, no podía controlar su ira y menos con su hermano. Me disculpé con la excusa de que tenía sed pero mis acompañantes decidieron seguirme, mí idea era ir por él, y mantenerlo a mí lado. Pero el revuelo que provenía de arriba indicaba que era demasiado tarde. Todo era un desastre, los dos hombres dándose golpes, y ni hablar de la habitación, toda desordenada. Parecían dos personas que se odiaban no hermanos, ver que Patricia no sabía cómo reacciona