Isabel. . Con las declaraciones de Dániel no había podido dormir nada, trate de pensar y recordar cuando siquiera hice tal cosa, y me resultaba imposible si hacía muchísimo tiempo que siquiera nos dirigimos la palabra, además de su desprecio por mí. Cuando Dániel se quedó dormido en la bañera lo desperté y lo guié hasta la cama, le pregunté por sus palabras pero seguía tan borracho que solo se dio vuelta dándome la espalda y se durmió, dejándome totalmente intrigada. Tres horas después se hizo la hora de viajar, lo despierto para ir al aeropuerto, Dániel se quejaba del dolor de cabeza y el malestar. ¡Quien lo había mandado a beber tanto!, si tan solo madurara y hablara como adultos no estaría pasando por esto, pensé. Después de realizar los procedimientos, nos sentamos en el avión, a