Isabel. Walter me había enseñado cómo rastrear el celular de Dániel. A una hora específica, cuando no se haya movido más, debía dirigirme a dicha dirección. Todo solucionado, o eso creía yo, ahora solo necesitaba tomar valor y enfrentarlo. No le había mencionado nada a papá, obviamente no le iba a agradar, y me daría un sermón de moralidad y confianza de parejas, que debían confiar una en la otra y etcétera. Tampoco quería ver su cara reprobatoria, y decepción. Solo se lo había dicho a Ingrid, y pedido que por seguridad, me acompañe. Obviamente primero me sugirió que no vaya y que descarte la idea loca que Dániel me era infiel, con lo amable comprensivo y dulce que era conmigo, que me preparaba el desayuno, que no me apresuraba a tener nuestra primera vez, que no me obligaba a ir juntos