Dos años atrás
— ¡Dios mío, estoy en problemas aquí!
¿Mamá?
Ughh, mamá y papá están todo el maldito día uno encima del otro, besándose por todos lados. Ahora mismo, mamá está haciendo el desayuno, pero papá no piensa dejarla en paz mientras lo hace.
Asqueroso, son como unos jodidos conejos haciéndolo aquí y allá, no tienen límites.
Cuando al fin logro captar atención, mamá y ríe y papá suspira frustrado.
— ¿Qué pasa, nena?
— ¡Papá, canceló mi cita!
Él pone sus ojos en blanco.
— ¿Sigues con eso?
— ¡Hoy es el baile! Y no tengo con quien ir — frunzo el ceño.
— Ya te dije que fueras con Alex.
— Papá, ¿te das cuenta de que Alexander es mi hermano?
Toma una tostada le embarra mantequilla y la muerde.
— Lo sé, por eso te digo que vayas con él, no se va a propasar ni te va a drogar para llevarte a un hotel.
Mamá ríe y golpea su hombro.
— Kilian, no tenías que hacer eso, el baile de fin de año, es algo importante y no puedes mandar a Olivia con Alex.
Papá la mira mal.
— Zoey, se supone que debes apoyarme.
— Tengo que ser justa, bebé.
— Igual ya me arruinó la vida. ¡No tengo pareja!
Iba a ir con James Cole, un sexy deportista del instituto pero no, al parecer, recibió una advertencia del maldito Alexander por parte de papá de que si se atrevía a ponerme un dedo encima, estaría muerto a la mañana siguiente y bueno, de repente la perra de Jessica está siendo invitada por James al baile y no lo culpo, papá da miedo y Alexander también es una versión joven de él solo que menos severo.
En verdad quería ir al baile, mamá y la tía Sandra me habían comprado un hermoso vestido, con unos zapatos carísimos, unos que ahora jamás iba a usar.
— Ohh Livie, cariño, no digas eso, aún puedes ir.
— Mamá, no puedo, seré una idiota si llego sin pareja.
Ella suspira y no dice más, pero de repente, una sonrisa macabra se dibuja en su bonito rostro y está viendo detrás de mí, donde Alexander y Max entran riendo y hablando sobre alguna zorra.
— ¡Max, querido! — mamá va hacia él y papá pone los ojos en blanco. — Llegas justo a tiempo.
— Gracias por la bienvenida de tu hijo, mamá —dice Alexander, frunciendo el ceño.
Mamá ríe y besa su frente.
— Hola, bebé — mamá mira a Max de nuevo. — Bueno, como decía Max querido, tengo un problema y necesito que me ayudes.
— Claro, Zoey, ¿dime que quieres? No me digas que debo ir a la tienda de nuevo.
— No, no nada de eso cariño, más bien es un favor para Livie — Max me mira y eleva una ceja rubia.
— ¿Qué quieres, enana?
— Nada, mamá está loca.
¿Qué favor iba a necesitar yo de Max? ¡Ohh, no! Pero antes de que la interrumpa, ella sonríe malévolamente y dice:
— Quiere que la acompañes al baile de esta noche.
— ¿El baile? Pero dijo que iba a ir con un tal idiota James o algo. ¿No, Livie?
Bajo mi mirada malditamente sonrojada y avergonzada. ¡Mamá iba a pagar caro esto!
— Acompáñala Max, el idiota ese no está poniendo un dedo sobre mi bebé nunca y Livie está haciendo un drama de ello quiere ir a ese maldito baile, pero no quiere ir con Alex tampoco.
¡Demonios! ¿Papi también me traiciona?
— Está bien — levanto mi mirada y Max me está viendo sonriente.
Maldició, odio que me sonría asi, su maldita sonrisa es perfecta; blancos y perfectamente alineados dientes, maldito… es condenadamente guapo, con su jodido pelo rubio con destellos dorados.
Alex se burla de el porque dice que se peina como Edward cullen “el vampiro marica que livie ama”) que van jodidamente bien con sus ojos dorados ¡Ojos dorados! Nunca había visto unos ojos así, su cara es hermosa, una perfecta mandíbula cuadrada y fuerte con la sombra de una barba en él.
¿Y su cuerpo? Su cuerpo era como tallado por los malditos dioses, media aproximadamente 1.85, su espaldas era ancha y músculos bien definidos cubrían su cuerpo delgado, así que sí, Max era un hombre motociclista de ensueño, no es que me guste o algo, sólo es molesto.
— ¡Joder!
Max rió al escucharme.
— Vamos, pequeña Livie, no puedes parecer más emocionada, ¿no?
— Ella lo está, sólo que está nerviosa, cielo — mamá viene hacia mí sonriendo. — Bueno, vamos al salón a arreglar ese cabello.
— ¿Mmm? ¿Qué tiene mi cabello? — tomo un mechón rubio de mi coleta.
— Por favor, Livie, tienes que verte bien no me quieras hacer pasar vergüenza — Alexander ríe por el estúpido comentario de Max.
— Parece que unas malditas gallinas follaron en tu cabeza, Livie.
— Jódanse los dos — les saco el dedo y mamá lo baja.
— Olivia, no hagas eso, apresúrate vámonos.
Suspiro y me levanto, siguiendo a mamá y cuando paso a lado de Max, él me dice al oído:
— Estoy seguro de que me vas a impresionar, pequeña rubia — él sonríe y dice en voz alta —, paso por ti a las 8, nena
Lo miro y sus ojos me roban el aliento…maldito.
— ¡Livie, vamos! — grita mamá.
— ¡Voy! — corro hacia el auto donde mamá ya está, no sin antes ver la perfecta sonrisa de Max.
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— Ohh, mi Dios, Livie te ves tan hermosa — miro a la chica en el espejo y sí, es hermosa.
Mi figura delgada se ve increíble en el vestido beige con brillos dorados, mi largo cabello rubio está totalmente alisado y se mira suave, sedoso, mi rostro se ve muy lindo, no llevo mucho maquillaje pero sí unos impactantes labios rojos que van perfectamente con mis ojos azules.
Sonrío, me gustan mis ojos, son como los de papá y los de Alexander.
Supongo que es su marca, pero los míos están decorados con unas enormes pestañas llenas de rímel que mamá me aplicó.
— Yo… supongo que me veo bien — sonrío y un rosa pálido cubre mis mejillas.
— Max es un chico con suerte.
— Livie, no deberías ir a esa mierda ridícula — Alexander está en la cama, comiendo unas frituras.
— Alex, cállate — le dice mamá, él pone sus ojos en blanco y ríe.
— Como sea, cuando termine esa mierda, dile a Max que vaya directamente al club, hay una perra nueva que…
Mamá mira mal a mi tonto estúpido y mujeriego hermano.
Él le sonríe y mamá cae… eso lo aprendió de papá, supongo Alexander Blackmore sonríe y las bragas caen abajo.
— Dios, Alexander, ya no me respetas ni un po… — en ese momento, papá grita desde abajo.
— ¡Olivia, Zoey! ¡El pequeño idiota ya esta aquí, bajen!
Suspiro nerviosa y miro a Alexander. Él me devuelve la mirada con una ceja enarcada.
— ¿Por qué estás tan nerviosa de repente? Es solo Max, tonta. ¿Acaso te gusta?
—¡No estoy nerviosa idiota y obviamente no me gusta!
— Qué bueno, porque tú no le gustas a él y jamás le gustar — él está serio, siempre está celándome con Max… siempre me ha dicho que los mejores amigos, no salen con las hermanitas de sus mejores amigos… estúpido y jodido Alex.
— ¡Alex! Deja de molestar a tu hermana... vamos, cariño — acompaño a mamá abajo y veo a Max esperando en la puerta, mordiendo un palito que no sé qué carajos es y viendo su celular fijamente, hablando con una zorra seguro.
Idiota… va vestido como siempre, botas de motociclista, vaqueros sueltos que cuelgan malditamente bien de sus caderas, su chaleco MC y bueno, al menos tuvo la decencia de usar una camiseta gris, una camiseta de Harley Davidson pero aun así, se ve hermoso como siempre.
Entonces, él levanta su mirada y puedo ver la sorpresa en su rostro, sé que está pensando: “Vaya, Livie es jodidamente caliente, ¿cómo no me di cuenta antes? Me voy a casar con ella mañana en Las Vegas” .
Ja, ja, ja, en realidad no piensa eso, pero tal vez, sólo tal vez piensa que me miro linda.
— Las malditas moscas van a entra en tu asquerosa boca, idiota — papá golpea la parte de atrás de la cabeza de Max y él sólo frunce el ceño y acaricia la zona.
— ¡Oye! Eso dolió, Prez.
— Eso pretendía, chico idiota.
— Sí, sí, como sea. ¿Nos vamos, Livie?
— Sí — bajé del todo las escaleras y me uní a él en la puerta.
— Toma, chico — papá le tira las llaves de la camioneta a Max y él las toma en el aire. —Mi bebé se arregló mucho hoy, no va a ir en tu jodida moto.
Max rió y asintió.
— No le veo nada malo, pero tú mandas, Prez — salimos y papá también salió.
— ¿Y Max? Si le pones un jodido dedo encima a mi bebé, voy a meter una bala en tu feo culo. ¿Entendido?
— Papá no estaría feliz con eso, Prez — Max sonrió y papá también, negando con la cabeza.
— James puede tener una bala en su culo también.
— Igual voy para que nadie le ponga un dedo encima a tu bebé, Prez, eso me incluye a mí.
Ohh, eso fue una disolución… espera, ¿qué? No quiero a Max tocándome o eso creo al menos…
— ¡Ya, vámonos! — jalo a Max hacia la camioneta y al fin nos subimos y nos fuimos.
Max no dijo nada en todo el camino, pero sentía su mirada viéndome de reojo y cuando estábamos en semáforos, se me quedaba viendo fijamente. Entonces le tenía que decir que ya estaba en verde.
Al llegar al baile, paso lo peor del mundo, Max era jodidamente odioso, se reía de todos y todo… todo esto era ridículo para él.
Le dije mil veces que se callara, pero no lo hizo, miré a mis amigas Kate y Jules ya con sus parejas bailando por ahí así que no, no iba a tener su atención esta noche.
Luego pasó lo peor, James llegó con la zorra de Jessica y se estaban manoseando totalmente, con la excusa de estar bailando y, ¡joder! La perra me sorprendió viéndolos y la maldita me sonrió y me guiñó el ojo…puta.
— Oye, ¿ese es el tal James? — preguntó Max, acercando su silla más a mí.
— Sí…
— Pero qué tipo más feo, Livie.
— ¡Oye, eso no es cierto! — él me sonrió y se encogió de hombros.
— Tu pareja actual es más guapo. ¿No crees, pequeña? Además, no soy tan idiota, no contigo — su tono se suavizo y reí.
Max estaba tratando de hacerme sentir mejor, además, era cierto, Max era mucho más guapo.
— Supongo que es cierto.
De repente, Max se levanta y me ofrece su mano.
— ¿Qué haces — él suspiró y puso sus ojos en blanco.
— Sabes qué mierda hago, Livie, ahora vamos y bailemos una jodida y estúpida canción, ¿sí?
—¿Qué? — él se apretó el puente de su nariz.
Sé lo que quería decir, sólo que no me lo creía, se había estado burlando de las parejas bailando antes.
— Livie, quiero que levantes tu lindo culito y que bailemos al menos una maldita canción en tu jodido baile de graduación.
— Pero dijiste que…
— Sí sí, que es idiota, pero qué más da, puedo ser un idiota una noche si tú así lo quieres — sonreí, no era para nada lindo, pero si era Max, era lo mejor que iba a conseguir.
— Está bien — tomé su mano y fuimos a la pista de baile.
Max me tomó de la cintura, tirando de mi cuerpo al suyo, sentí las miradas quemando a mis espaldas, las chicas en verdad estaban comiéndose a Max con la mirada.
Entonces me aferré más a él, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello y pegándome más. Max era mío, al menos esta noche.
Bailamos alrededor, apenas balanceándonos, pero se sentía tan, tan bien, me gustaba su toque, sentir sus brazos musculosos rodeándome y mi pecho apretado contra el suyo, se sentía… sólo perfecto, como debía ser.
— ¿Livie? — levanté mi mirada para verlo.
— ¿Quieres sentarte ya? — susurré y él negó con la cabeza.
— No yo solo… fui un idiota, ¿sabes?
— ¿Por qué?
— Porque no te he dicho lo malditamente maravillosa que estás hoy, qué digo maravillosa, estás perfecta, pequeña, eres tan hermosa, Olivia.
Mi respiración se detiene ante su confesión y mis mejillas arden aún más, qué bueno que estaba oscuro aquí…y maldición, amo cómo dice mi nombre.
— Gracias — susurré apenas, el rió y al bajar mi mirada, él tomó mi mentón, volviendo a levantar mi rostro.
— ¿Livie? ¿Te digo algo muy malo?
— ¿Qué?
— Nena, yo… maldición, en serio quiero besarte ahora mismo.
Ohh, mierda, mi corazón se aceleró y miles de murciélagos se revuelven en mi estómago, porque no hay forma de que estas sean mariposas.
— Entonces…entonces hazlo — él niega con la cabeza y sonríe.
Entonces baja su rostro a la altura de mi rostro y bum… de pronto siento sus labios chocar contra los míos.