Un Stiles de 23 años se encontraba en Nueva York en un edificio abandonado, acababa de graduarse y lo había mandado a su primera misión solo. Realmente no era un problema ya que gracias a su desempeño en la academia era considerado el mejor agente de su generación. De alguna extraña manera su relación con Rafael Mccall había mejorado mucho y el castaño pudo notar que el hombre estaba cumpliendo su palabra de cambiar para bien aunque igual que él casi no tenía comunicación con Scott. Desde que el castaño había dejado Beacon Hills después de su batalla contra Monroe y Gerard fue como si hubiera desaparecido para la manada, los primeros meses Lydia había estado molesta ya que su relación había ido en picada cuando Stiles le comentó que Derek era muy atractivo y su cercanía con el hombre enfurecía a la mujer así que después de un tiempo acabaron su relación y aunque terminaron en buenos términos su comunicación había sido nula. Realmente con los únicos que hablaba de la manada eran Isaac, Liam y Derek pero no es como si su carrera le dejará mucho tiempo libre y más cuando desde el inicio por sus habilidades comenzaron a emparejarlo y meterlos en misiones en el campo.
Su vida era buena pero siempre estaba pensando en la manada gracias a los cachorros se había enterado que todos habían vuelto por Scott pero se entristeció al saber que el alfa verdadero ni siquiera le dijo que lo quería ahí, le dolía saber que nunca era considerado en al manada, había veces que dudaba de ser parte de ella pero Derek, Isaac y Liam siempre le decían que era parte de ella y una parte vital solo que Scott y los demás eran muy idiotas para verlo.
Con su padre mantenía comunicación constante y por ende con Peter porque al parecer poco después de que se fuera comenzaron una relación y según ellos pronto se casarían pero querían que Stiles estuviera así que habían estado esperando para cuando tuviera un poco más de tiempo.
Stiles suspiró analizando la escena del crimen, habían asesinado a una mujer, le habían arrancado el corazón. El castaño sospechaba que este sería otro caso sobrenatural, su chispa también lo sentía.
El castaño había desarrollado su chispa al máximo, sabía que estado en el FBI se encontraría con muchos casos sobrenaturales y necesitaría su chispa además de que no podía estar desprotegido cuando estaba lejos de su territorio.
- ¿Por qué no puedo tener un caso normal? Ni en mis practicas tuve casos normales; aunque gracias a eso me gradué con honores – susurró Stiles frustrado, a veces solo le gustaría ser un humano común y corriente como la mayoría de sus compañeros
- Deberías de dejar de hablar solo pequeño humano
Stiles giró encontrándose con una mujer pelirroja de ojos azabache, su piel era demasiado blanca, casi parecía enferma.
- ¿Quién eres? – preguntó a la defensiva apuntándole con su arma
- Alguien que busaca un poco de diversión, me aburrí de comer corazones y escuchar los alaridos de mis victimas – se aceró al castaño esbozando una sonrisa terrorífica – Ahora tengo en la mira a ciertos miembros de una manada procedente de Beacon Hills
- Los tocas y créeme que el infierno será un paseo a comparación de lo que voy a hacerte – le dijo el humano de manera fría
La mujer sonrió divertida, el humano era el más divertido de esa manada de idiotas, él es quien valía la pena y se aprovecharía de su lealtad hacía ellos.
- Podríamos hacer un trato, uno en el que a ellos no les ocurra nada, en especial a ese Hale que tanto te encanta – Stiles se tenso al mencionar a Derek – O tus cachorros
- ¿De qué hablas?
- ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar por ellos?
- Iría al mismo Infierno por ellos – respondió sin titubear logrando que la mujer sonriera más amplio
- Muy bien humano que corre con los lobos, tomaré tu alma a cambio de sus vidas. ¿Estás dispuesto a vivir sin ellos? ¿Sacrificar todo lo que eres? ¿Tú esencia?
Stiles apretó sus puños con fuerza pero la determinación se podía ver en sus ojos.
- Si no los tocas, puedes hacer lo que quieras conmigo
- Entonces tenemos un trato – dijo la mujer acercándose al humano metiendo su mano en el pecho del castaño arrancando su alma, una esfera de luz del tamaño de un balón, la cual se encogió al tamaño de un llavero – Nos veremos en algún momento Mieczyslaw, cuando quieran tu alma
La mujer desapareció dejando a Stiles parado solo, su rostro se encontraba sin expresión y sus ojos habían perdido ese característico brillo.
- Stilinski – le llamó un policía al que lo habían emparejado - ¿Alguna novedad?
- Al parecer la mujer fue víctima de unos pandilleros que murieron anoche – le dijo serio
- De acuerdo, vayamos a la oficina para el informe
Stiles asintió para después seguir al policía sin siquiera mirar atrás.
Ese día Stiles había perdido quien era, sus sentimientos, su esencia.
Su alma.