Empieza a moverse y dejo rastros de besos en su cuello, me esta volviendo loco. Escucho sus gemidos constantes y no dejo de estar tan excitado. Se mueve de arriba abajo y nuestras miradas se chocan. Mi boca esta pidiendo a gritos besarla, beso sus labios con desesperación y muerde hasta que llega a morderme, haciendo que empiece a sangrar. No me importa el dolor, en verdad, se siente tan bien. Se sigue moviendo y los dos gemimos en cada embestida hasta que me corro dentro de ella, llegando a un glorioso orgasmo, grita y nos quedamos los dos sentados, envuelvo su pequeña cintura con mis brazos y acaricio su pelo. Nos acostamos y parece que se dio cuenta de la sangre de mi labio. –¿Yo te hice esto?–Asustada. –No pasa nada, me encanto. –Pero te corte el labio, ¿tienes un poco de alcohol?