Capítulo 4

537 Words
Narra Regina.   Luego de reirnos veo a mi madre parada en el marco de la puerta, con los brazos cruzados. –¿Se puede saber de que estan hablando? O mejor dicho, que tanto hablan mal de mi. –Eres tan exagerada Agata. –¿Y tu? Mira cuanto has malcriado a esta mujer.–Mirandome.–Es toda tu culpa que ella sea así de irrespetuosa conmigo, Nicolas, que ella sea así tan rebelde. Me levanto y miro a mi padre. –Creo que lo mejor va a ser que me vaya papá. –Pero no quiero que te vayas.–Triste. –Después te llamo y mañana nos vemos, lo prometo. Le doy un beso en la mejilla y salgo de allí, ay a veces no entiendo porque mi madre es así conmigo. Me asusto al sentir que alguien me agarra del brazo. –Ay Matias por el amor de dios.–Asustada. –¿Que te pasa? Vine para que salgamos un rato. –Nada, mi madre como siempre. –¿Pelearon? –No, me fui antes de que ocurra una pelea, vamos a pasear. –Dale.–Contento. Entro a su auto y apenas el esta dentro, arranca el motor y nos vamos. –A veces no se como hace mi papá para soportarla. –Y bueno, son muchos años. –Envidio la paciencia que le tiene, porque estoy segura que mi papá no siente amor por ella. –Ey, pobre tu mamá. –Decis eso porque ella te quiere. Ba, lo quiere porque tiene plata, como ella “queria” a mi papá, todo por el dinero que tiene mi papá. Es horrible que hable así de mi mamá pero lo que menos hay en mis padres es amor, ella que solo esta con el por la plata y el… se acostumbro a eso, no tiene personalidad y no se nada de el, como nacio, quienes son mis abuelos, es como si no supiera nada de su pasado antes de mi mamá, a veces quisiera que mi padre sea feliz, porque no lo es con ella y eso me duele. –Ey. Me saca de mis pensamientos y suspiro. –¿Que te pasa? Estas muy rara. –Estaba pensando.–Seria. –En tu madre. –Siempre mi madre. –Tendrías que tranquilizarte Regina. Suspiro y el frena el coche. –No se porque pero no puedo evitar sentirme así, no puedo. Abro la puerta del auto y bajo. El me alcanza. –Pensemos en otra cosa. –Me mira. –Esta bien. Al otro día, me levanto temprano y me preparo para ir al trabajo. Soy una de las productoras de la compañía de telenovela para uno de los mejores canales de Buenos Aires. Salgo de mi casa y  paró un taxi para que me lleve al canal. Después de un rato, entró al canal y me encuentro con uno de los creadores de la nueva telenovela y el dueño del canal, yo me voy a encargar de la producción de dicha telenovela. Parecía que los dos están discutiendo. –¿Alguna novedad? –Si, ayer hable con una actriz que quiero para mi telenovela, ella es la protagonista. –¿La que me hablaste? El creador asiente. –Yo no la quiero en mi canal, cosa que toco, cosa que le salió mal. –Dice el dueño.–Esta maldita, que siga en su cueva. –No me parece que hables así de ella, es muy buena actriz y lo que haya pasado, no la convierte en eso. La verdad que no se de que están hablando, el dueño se fue furioso y me siento al frente de el creador. –¿Me puedes decir que está pasando Ricardo? –Nada, Carlos y sus supersticiones. –¿Qué le paso a esa mujer?–Quiero saber.  
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