Capítulo 6

556 Words
Mis ojos se derriten con tan solo verla, me apresuro para entrar a la cafetería y observo su manera de caminar. Es tan sexy, la miro de arriba abajo, sus prominentes curvas y su cabellera rubia. Me acerco a ella para verla más de cerca. Su piel es tan blanca y es hermosa, sus labios son gruesos y apetitosos. Pide un cafe bien cargado y sin azucar. –¿Su nombre?–Pregunta el cajero. –Regina. Se aleja de mi para esperar el pedido y yo hago el mio. Le entregan su pedido y se va a una de las mesas, espero un momento hasta que me den el mio y camino hasta su mesa.   Narra Regina.   Me siento y empiezo a tomar mi cafe, miro las noticias por mi celular y escucho una voz muy varonil. –Me parece que se siente muy sola tomando un cafe. Lo miro y me da una sonrisa seductora, siento que mi boca cae y me contengo. Dios, lo hermoso que es. Despejo mi mente, estoy comprometida por dios. –Me parece que no,–Suspiro. –¿Por que no?–Sonríe.–Puedo sentarme con usted y hacerle un poco de compañía, le juro que no muerdo. Examinó su mirada y siento que mi respiración se detiene, es tan vivaz su mirada. –Esta bien.–Trago saliva. Muerdo mi labio y suspiro. Se sienta frente a mi y toma su café. –Perdón si la molesto.–Serio.–Y prefiero serle sincero, entre porque me cautivó su belleza. Me quedo sin habla y trago saliva, no puede decirme eso. –Por favor señor, tengo novio. –Bueno eso a mi no me interesa. Se está comportando de una manera muy molesta, me levanto y salgo de la cafetería. Si esta usando sus elementos de seducción, está muy equivocado. –Regina.–Grita. Siento que me agarra del brazo y lo veo agitado. –Lo siento, soy un estúpido. –Arrepentido.–Me llamo Rafael. –No me interesa. Me cruzo de brazos y el suspira. –Empecé con el pie izquierdo pero lo que dije es verdad, usted es una mujer muy hermosa, no quiero me sobrepasar, le pido disculpas, no la molestaré más. Empieza a caer la lluvia y el se separa de mi, la lluvia cae inmensamente, haciendo que los pozos que había en la calle, se llenen de agua, quiero parar uno pero pasa de largo y me moja por completo. –La puta que te parió. –Furiosa. Escucho una risa y doy media vuelta. Veo a ese hombre riéndose. –¿Le parece gracioso? –Perdón Regina, vivo cerca de aquí, puedo darte algo para que te seques. –Ni loca. –Por favor, es para que no te agarres una gripe. Dudo por un momento y muerdo mis labios. Que lindo es, miro sus fuertes brazos y sus manos fuertes agarrando mis hombros. Siento como si tuviera un montón de mariposas revoloteando en mi estómago. –Esta bien. Me lleva hasta el hotel donde está el, los dos estamos empapados. No se que estoy haciendo con el pero apenas lo vi, siento una fuerza en mi interior, algo que nunca sentí. –Te voy a dar una toalla, yo me daré un baño. Asiento y el me da una toalla. –Gracias.–Lo miro.–¿Hace poco que estas aquí? –Todavía no pase el día. –¿De dónde vienes? –De México.–Sonríe.–Bueno me voy a bañar, apenas salga del baño, bajamos y te pido un taxi. –Muchas gracias.–Trago saliva. Me mira de una manera… parece un animal que va tras su presa, es tan hermoso. Dios Regina, deja de pensar así, tienes un novio que te ama pero no se porque siento que no me voy a escapar de esto y creo que yo no quiera salir de esta situación.
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