CAPÍTULO 1

1105 Words
—Sé que estas despierta. No pude evitarlo más y sonreí mientras abría mis ojos. Lo que veía en cuanto despertaba era la vista más hermosa, sus ojos grises, su mirada de amor, eran el cielo que cualquier persona querría tener…mi cielo, mi paraíso. —Que puedo hacer, amo sentir la mirada de mi esposo cuando duermo —susurré, acariciando suavemente su barba—. Günaydın. (buenos días) —Günaydın Hayatım. (buenos días mi vida) Se inclinó y dejó un suave beso sobre mis labios. Así empezaban mis días desde que habíamos dicho el sí, acepto, de eso ya hace cinco meses, los cinco mejores meses de toda mi vida. Antes de Aslan nada tenía sentido, sobrevivía mas no vivía, pero él había cambiado todo y pude encontrar una razón por la cual vivir y disfrutar de este mundo al máximo…la felicidad, el amor y el poder de ayudar a otras personas como yo, sin apellido, sin una familia, sin un lugar a donde ir cuando todo se viniera abajo, sin unas piernas en donde recostar mi cabeza, sin una canción…sin nada. Había nacido el día en que lo conocí. Ambos nos levantamos y nos preparamos para la jornada, trabajamos arduamente por nuestros sueños, él en las empresas Kurt y yo en “una nueva oportunidad”, era una casa hogar que Aslan me había ayudado a construir desde sus cimientos, acogíamos a todos los niños que se encontraban en la misma situación en la que estuve, les dábamos un hogar, estudio, amor, esperanza y con suerte una familia. —Hoy hay una cena en casa del abuelo, iré a recogerte así que no es necesario que te vayas en otro automóvil. Anunció cuando ya nos encontrábamos en el estacionamiento de la mansión. —¿Debo ir? —inquirí, aun sabiendo la respuesta. Se detuvo de inmediato y volteó a verme. —¿Qué pregunta es esa, Zel? —frunció su ceño, mientras sus manos tocaban suavemente cada lado de mi rostro—. Eres mi Hanim, hanim (esposa) Cerré mis ojos por breves segundos cuando sentí sus labios en mi frente. —La familia no me quiere, no quiero tener que aguantar sus miradas y… Negó levemente y entrelazó nuestra mano. —Eres Zel Kurt, eres la esposa de Aslan Kurt, la nuera de la familia Kurt y nadie, ni siquiera ellos pueden molestarte —su rostro estaba serio y asentí—. Debes de decirme si pasa algo o no podré ponerlos en su lugar. —No quiero que pelees con tu familia —agaché mi rostro avergonzada. Habíamos tenido que pasar por cosas difíciles, el gran Mehmet Kurt jamás pensó que la futura esposa de su nieto y nuera de su familia seria alguien que no tenía a nadie más que a ella misma, una pobre chica muy por debajo de ellos, pero la vida daba grandes giros y nuestro amor era tan fuerte, que Aslan se enfrentó a cada uno y la única solución que les dio fue aceptarlo. —¿Cómo no podría pelear con ellos si dañan a la más hermosa flor de mi jardín? —lo miré con mis ojos vidriosos, encontrando los suyos igual—. No te tiene que sorprender, tu dolor es mi dolor, tu alegría es mi alegría. Te prometo que hablaré con ellos. Mi pecho se llenó de amor y lo abracé, no había palabras para expresar lo enamorada que estaba de él. Alá me había recompensado por tanto dolor. —Esta bien, te estaré esperando sevgilim (mi amado). Ambos sonreímos y entramos al automóvil. La familia Kurt era conocida en toda Turquía, hacia parte de las familias mas ricas y con mucho poder, al morir el padre de Aslan, Ali Kurt, su abuelo le dio toda la potestad para que manejara los negocios familiares, pero eso no evitaba que estuviera involucrado en cada decisión importante. Su madre Nehir era alguien misteriosa, nunca podía saber con qué saldría y sabía que no era de su agrado, lo dejaba claro cuando se dirigía a mi estando a solas o sin su hijo. Aslan tenía una hermana menor, Azize era una amiga para mí, la amaba tanto que la consideraba mi familia. —Mi tía Nisanur y Zeynep llegaron ayer en la noche—me comentó mientras hacia el infinito en mi mano—. Seguro es la razón por la que el abuelo quiere reunirnos hoy. —El abuelo busca cualquier excusa para reunir a la familia —repliqué entre risas—. Estoy muy contenta de volver a ver a mi hermana del alma. —Seguro —lo miré extrañada al escuchar el tono con que había hablado. —¿Pasa algo? —No entiendo como eres amiga de Zeynep, son muy diferentes…ella es… —Cuidado con lo que dirás Aslan, es tu prima…tu sangre —le recordé. —Es ambiciosa, solo se preocupa por ella misma, son incompatibles, pero cosas de mujeres imagino. No pude evitar reírme al ver lo frustrado que se sentía al no entender mi extraña relación con su prima. Todos pensaban eso de ella, pero a mi me había mostrado otra cara…una cara totalmente diferente a como todos decían. —No importa mi amor, te tengo una sorpresa para esta noche —las manos empezaron a sudarme y el corazón a martillar fuertemente en mi pecho—. Alá sigue siendo muy bueno con nosotros. —¿Sorpresa? ¿Qué sorpresa? Amaba ver como trataba de adivinar, pero jamás se imaginaria lo que era, jamás imaginaria que estaba embarazada y esperaba un hijo fruto de nuestro amor. —No puedo decirte o no seria una sorpresa —me encogí de hombros. Uno de los grandes sueños que ambos teníamos desde pequeño era el de formar una familia y ya estaba hecho…solo él faltaba por saberlo. —Rogaré para que las horas pasen volando —lo besé, no teniendo suficiente desabroche mi cinturón y me senté en sus piernas—. Te amo Zel, te amo como nunca jamás he amado a nadie. Una corriente eléctrica paso todo mi cuerpo y ambos suspiramos al unisonó. —Nadie jamás amará a alguien como yo te amo a ti, Aslan Kurt... mi Aslan. Nuevamente íbamos a unir nuestros labios, pero un grito de nuestro chofer nos alertó. —¡No puedo frenar! ¡No puedo frenar! Nos miramos por milésimas de segundos antes de dirigir nuestras miradas al frente, donde un camión al final del camino nos esperaba. Mis ojos se abrieron grandemente y lo único que pude susurrar antes que todo se volviera n***o fue. —Oğul (hijo)
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