CAPÍTULO 6

1348 Words
—Es extraño —susurró Onur. Volteé a mirarlo confundida—. Es extraño estar delante de lo que fue tu tumba por varios años, es como si hubieras estado muerta y acabaras de revivir. Miré nuevamente el hueco donde según todos yacía mi cuerpo e inhalé profundo. —En realidad Onur, es mi tumba y lo que enterraron aquí fue a Zel Kurt, enterraron sus sueños, sus metas, sus emociones, su familia…y su amor —retiré rápidamente una pequeña lagrima que se derramó—. Volví a nacer el día en que desperté, ahora solo me quedan recuerdos de mi antigua vida. —Haré todo lo posible para que esta vida la vivas lo más plena posible. Solo sonreí, no dije nada más. Me había dado cuenta que Aslan venía a visitarme cada semana, que duraba horas sentado, mirando a la nada y el saberlo me hizo preguntarme la razón, pero no importaba…no importaba nada que tuviera que ver con él. —Debemos irnos, Aysun —asentí. Le pedí que me diera unos minutos a solas. Necesitaba despedirme. Cuando me dio espacio y se alejó, me acerqué un poco más a la tumba, la miré por última vez con mis ojos llenos de lágrimas, el estar aquí me hacía creer que no había pasado el tiempo, que todo seguía intacto, pero la realidad era otra, yo me detuve en el tiempo y todos continuaron con sus vidas, quedé en el pasado y allí debería permanecer por siempre. Miré por última vez mi tumba y tiré la rosa blanca que tenía. —Adiós Zel Kurt —murmuré para mí misma—. Gracias. Mi respiración empezó acelerarse sin razón alguna y mi corazón a latir rápidamente, toqué mi garganta sintiendo como un nudo se formaba en ella. Inhalé y exhalé varias veces para tratar de calmarme y me volteé para irme. No pude dar un paso, me congelé por completa al ver quien se encontraba al frente de mí. Era él, en carne y hueso…era él. Sus ojos estaban rojos al igual que su nariz, lagrimas caían de su rostro y estaba completamente pálido, más alto, más grande, mas… —Z-Z….Ze…Zel —gimió totalmente sorprendido mientras tambaleaba en su lugar. Tragué duro y empuñé mis manos que empezaban a temblar, aun no entendía como seguía parada, mi cuerpo estaba débil, un vacío enorme se había instalado en mi interior. —Aslan —nombré. Me miraba de arriba abajo una y otra vez mientras negaba y después veía la tumba vacía a nuestro lado. —Zel…Zel… —alcé mi mano cuando empezó acercarse, lo que lo descolocó por completo. —Aysun…Aysun Yildiz, así me llamo señor Kurt —aclaré lo más fría que pude, me tragué todas mis emociones y las escondí. —¿Pasa algo Aysun? —llegó Onur, parándose a mi lado y colocando su mano en mi espalda —¿Quién eres tú?, suelta a mi esposa… —imaginaba que tantas cosas estaban sucediendo en un mismo momento, que no era capaz de controlarse o si quiera pensar racional—. ¡suéltala! Agarré de la mano a Onur cuando vi sus intenciones. No dejaría que pelearan aquí. —Detente —exclamé, mirando molesta a Aslan—. Aquí no está tú esposa, ve y búscala en donde la dejaste…en casa. —¿Terminaste aquí, Aysun? —quiso saber mi primo. —Sí Onur, terminé…no queda nada importante aquí. Lo miré nuevamente por última vez y el ver su rostro lleno de tristeza y desesperación me hizo temblar todo mi interior, pero aun así me fui con Onur. Era realmente difícil una vez que estas en la realidad. Por más que hablé y me dije a mi misma que podía estar parada delante de Aslan sin llegar a sentir, no podía lograrlo, era una total mentira. […] —¿Por qué te viste con Aslan? —preguntó el abuelo Asaf en cuanto entró a la oficina—. Te dije que yo necesitaba estar presente, no Onur y mucho menos tú sola. Dejé los papales en la mesa y me levanté para recibirlo. —Fue una coincidencia, no sabía que iría al cementerio… ¿Cómo lo podría saber, abuelo? —inquirí, señalando los muebles a nuestra derecha—. No te he desobedecido, solo no podemos contra el destino. —Te pondré guardaespaldas, Onur no estará todo el tiempo contigo…él necesita realizar su trabajo y no quiero que lo retrases —asentí rápidamente, sentándome—. Hoy tendremos una cena en casa, irá mi amigo Mustafá y su hijo Ahmed, necesito que estes lista a tiempo. Fruncí mi ceño confundida. ¿Cómo que una cena?, ¿por qué no lo sabía desde antes?, ¿Cuándo habían tenido tiempo para planearla? —¿De qué va esta cena, Abuelo? —quise saber, no gustándome para nada esto tan de repente. —Solo queremos hablar como en los viejos tiempos, ¿Por qué lo preguntas? —Por nada —sonreí, no quería decir mucho al respecto—. Creo que debes de excusarme con tu amigo y su hijo, porque no podré asistir a la cena. Su ceño de inmediato se frunció y supe que no le había gustado lo que escuchó. Lo había aprendido a conocer bastante bien, por esa razón también sabía que esa cena era para presentarme a Ahmed y no tenía ningún interés por casarme de nuevo. —Imposible —negó—. Todos tenemos que estar presente. —Perdón por ser tan entrometida, pero por qué…¿acaso hay algo de lo que no estoy enterada? —¿Qué dices? —Tú no serias capaz de tramar algo a mis espaldas, ¿verdad abuelo? —lo miré fijamente y se levantó de inmediato. —Cancela lo que sea que tengas que hacer, te espero en la cena. Salió enojado, pero solo era un mecanismo de defensa. Fui rápido por mi teléfono y le marqué a Miran, él debía de saber algo sobre esto. —Aysun, ¿pasa algo? Siempre tan preocupado. —Esta noche hay una cena con el señor Mustafá y su hijo Ahmed, ¿sabias de esto? —me respondió de inmediato. —Sí, el abuelo me lo comentó esta mañana, ¿pasa algo al respecto? —Creo que el abuelo tiene intenciones de casarme con Ahmed —susurré. —Eh sí fue exacto lo que me dijo, no es bueno que estes soltera ahora que todos saben que estas viva, necesitas casarte o empezarán hablar de la familia y sabes como es el abuelo al respecto —me senté de inmediato y no dije anda por varios segundos—. ¿Aysun?, ¿estás ahí? —¿Cómo es posible que me quieran casar y yo no sepa nada al respecto? —No entiendo, ¿Cómo que no sabes? —subió su tono de voz—. Acepte que la cena se realizara porque precisamente el abuelo dijo que estabas de acuerdo. Puse el celular en altavoz y lo dejé en la mesa, mientras masajeaba mi cien. —¡Claro que no! Solo suponía, pero jamás me ha preguntado si es lo que quiero —expliqué—. Hace poco se fue, le dije si era capaz de tramar cosas a mis espaldas y solo se enojó. —Lo siento hermana, no sabía, pero nadie te obligará…¿esta bien? —¿Enserio lo dices? —susurré—. No quiero casarme, no aun y menos con un desconocido…aparte, debo de divorciarme de Aslan. —Lo arreglaré todo, todo se hará conforme a tu voluntad, me tengo que ir, estaba en una reunión. —Lo siento —dije de inmediato—. Ve tranquilo, hablaremos en la noche. —Esta bien. Solté un suspiró cuando colgó. Sabía que podía confiar ciegamente en él, jamás me defraudaba y siempre estaba ahí apoyándome…era el mejor hermano y lo amaba. De repente sonó un golpe seco y brinqué en mi lugar totalmente asustada. Busque el culpable y oh Alá, dame fuerzas. —Aslan —dije totalmente sorprendida—. ¿Qué haces aquí?
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