POV ZEYNEP POLAT. —AAAAAAH —gritaba sin parar, mientras arrojaba todo lo que me encontraba en el camino—. ¡Malditaseas Zel! ¡te odio! ¡te odio! ¡lo pagaras! Tiré todos los perfumes que tenía en mi tocador, peines, brochas y con un cofre quebré el espejo. —Por Alá, pero que es todo esto —escuché a mamá detrás, pero seguí rompiendo todo, tenía que sacar mi ira de alguna manera. No podía tenerla más conmigo, tenía que desahogarme—. ¡Basta, Zeynep! ¡detente! —¿Cómo quieres que lo haga si me dejaron? No ha vuelto desde hace días, ¡dijiste que volvería y aun no lo hace! —solté en llanto, tenía mucho dolor, lo estaba perdiendo—. Tienes que ser la mejor amiga de Zel, Zeynep. Lo hice. Tienes que esperar tu oportunidad, Zeynep. Lo hice, esperé pacientemente —chillé, saltando en mi lugar—. Tie