Corro hacia los baños y me encierro en un cubículo. No quiero que nadie me vea así. No. Ni siquiera teniendo una vida de ensueño he podido superar la ansiedad. Mi mamá me regañaba y me decía que lo único que tenía que hacer era “calmarme” y ya está. Ojalá la gente entendiera que las afecciones psicológicas no se curan “tratando de calmarse”. Es una enfermedad como cualquier otra, y necesita de tratamiento. Un tratamiento que a veces puede durar años, o incluso que nunca funcione. Me siento en la tapa del váter e intento hacer el ejercicio de respiración que me enseñó mi terapeuta, pero no me funciona. Siento que me estoy ahogando. Con las manos temblorosas, logro sacar el celular de mi bolso. Lo pienso muy bien antes de marcarle a Fer. No, él tiene muchas cosas de las cuales preoc