Una vez las puertas se cerraron completamente, Amberlie se acercó al chico del escritorio. —Buenos días —Dijo sonriendo —Vengo por mi identificación. —Buenos días —Respondió, al mismo tiempo que buscaba algo entre sus cajones —Aquí esta. El hombre, que en su plaquita del traje tenia escrito el nombre de Mayer, saco la identificación de Amberlie de los cajones, y se la extendió. Amberlie la agarro y la leyó, para asegurarse de que estuviera correcta. Una vez comprobado, miro a Mayer y le agradeció por su identificación. —Gracias, que pases buen día —Le dice empezando a caminar al ascensor. —Tu la necesitaras mas que yo —Murmuro Mayer, pero esta vez, Amberlie no fue capaz de escuchar. Amberlie presiono el botón del ascensor y noto que el ascensor venia subiendo, si había bajado, era