Capítulo 10

1382 Words
Los ojos de Jennifer, se abrieron tanto por escuchar aquellas palabras que parecieran que se iban a salir de sus órbitas. —No, te creo. Henry vió su expresión; parecía sorprendida, pero no tenía porque estarlo. —Sí, he estado comprometido con una mujer increíble, casi por dos años, y debo reconocer que la relación no tuvo un término feliz, ya que le dedique mucho tiempo a las empresas y en la mayoria del tiempo estaba sola, así que un día ella me puso punto final. Jennifer, suspiro. —¿Te puedo hacer una pregunta? —Si, claro, pregunta. —¿Porque no tuviste el bebé con ella ? —Te voy a hacer muy sincero. Nunca lo pensé. —¿Entonces por qué ahora quieres tener un hijo?. —La idea de ser padre tal vez viene a raíz del rompimiento de esa relación. Ya Soy un hombre maduro, consolidado profesional, económicamente y a la vez solo. Un día me sente al frente de mi computadora e hice un proyecto de vida. Y ahí fue donde surge la idea de tener un hijo. —¿Que tú tienes un proyecto de vida?. Henry sonrió tímidamente. —Si, tengo un proyecto de vida y me a ayudado mucho a consolidar mis metas y en este año estaba en mi proyecto de vida tener un bebé. —¿Esto suena como un chiste? —Claro que no. Los psicólogs y los orientadores recomiendan mucho hacer un proyecto de vida, es como una organización o una planificación, que tiene como objetivo alcanzar las metas pautadas. Dijo aseguró él, embozando una sonrisa. —Desde que estoy en la preparatoria lo he puesto en práctica y me a dado buenos resultados y así controlo todo mi entorno, aún que hay cosas que se les escapa a uno de las manos. Jennifer, se le quedó mirando, preguntandose . ¿Por qué todo lo que Henry, hacía le provocaba tan extraño, como si nunca hubiera visto la cosa raras en mundo?. Y entonces se acordó ¿Porque ella estaba ahí?. Por el bebé, un bebé que no le pertenecía a ella. Le pertenecía a Henry, así el bebé estuviera creciendo dentro de ella. Sintió todo el respeto y admiración, que tenía por él concentrándose en qué una parte suya estaba creciendo. "¿Me estaré enamorando"?. Su corazón se encogió de dolor y parpadeó repetidamente, girando el rostro hacia un lado para ocultar las lágrimas empiezan a salir de sus ojos. Henry colocó su mano en la barbilla para hacerle girar el rostro suavemente. —¿Te encuentras bien? ¿Que pasa? ¿ Tiene algún dolor?. Enseguida pensó "Duele, sí, pero no como tú crees. ¿En qué estaría pensando? ¿Qué estoy haciendo? ¿Cómo pude creer que no iba a establecer un vínculo con el bebé? Porque no sabía que el padre sería este maravilloso hombre que me hace sentir segura y protegida… —No, es nada, simplemente estoy algo cansada. Henry la miró pero no le creyó. —Espera la cena para que te acueses. -Aún no has cenado. —No deseo comer. — Si me da hambre bajo y me preparo cualquier cosa. Henry respiró profunda, y la alzó en brazos. —¿Que estás haciendo?. Preguntó ella, apretandose a su cuerpo como si se fuera a caer. —Como, estás cansada te voy a llevar a tu habitación para que descanses. —¡Aún puedo caminar!. Intentó bajarse pero el la agarro con más fuerza. Jennifer, estaba sorprendida. —Bajame, puedo caminar y debo estar muy pesada. —Yo, te voy a llevar. Subió en silencio las escaleras y Jennifer no tuvo más opción que aceptar y pasar sus brazos por el cuello. Tanta cercanía le permitió observar mejor sus carnosos labios, sentir su perfume. Henry emanaba un olor a cereza mezclado con esencia vainilla de su perfume. Las manos de Jennifer agarradas a su cuello le hicieron imaginarse otros momentos que no podrían suceder. Tenía los senos aplastados contra su pecho, y sintió cómo su propio cuerpo cobraba vida. Estaba excitado, duro, y ni siquiera la había besado. Sus pasos se volvieron lentos , tratando de alargar aquel momento. Se preguntó por qué no decir algo y hacer que se disipara la poca química que había entre ellos. Entró en su habitación y la depósito delicadamente sobre la cama. Desvió la mirada mientras cubría su cuerpo con la cobija y salió del cuarto en silencio. Se detuvo al otro lado de la puerta, el rostro contraído con un agonizante anhelo, y se pasó las manos por el cabello, respirando profundamente para calmar la feroz respuesta que provocaba en su cuerpo la mujer que no era más que la encargada de albergar su hijo en sus entrañas La mujer que estaba cobrando por su tiempo y esfuerzo para la creación de algo que él quería. Que él llamaba "Un Milagro En Proceso". Con un último suspiro, se alejó de la habitación y bajó las escaleras, preguntándose cómo demonios iba a ser capaz de mantenerse alejado de ella durante los siguientes ocho meses, si no podía sobrevivir si estaba cerca de ella. Al día siguiente, se encontraron en el comedor para desayunar. La ama de llaves estaba sirviendo la comida, cuando de repente Jennifer, se tapo la boca, levantó y salió corriendo a toda prisa para el baño. Henry por supuesto la siguió y la encontró arrodillada en el suelo del cuarto de baño y vomitando en el inodoro. Se agachó junto a ella de inmediato, humedecio una toalla, le sujetó el cabello y acariciándole la espalda. —Voy a llamar al médico. Jennifer, le hizo un gesto con la mano que no. Tratando de ponerse de pie. —¿Será que puedes salir del baño ?. No me gusta que me veas así. —Estoy preocupado por ti. Jennifer se dio la vuelta, un poco molesta, pero se detuvo al ver su expresión. Estaba preocupado, tenía el ceño fruncido y una vena enmarcada en la frent. —Disculpa, se que tienes todo el derecho, pero me da pena que me veas así. No hace falta que estés aquí, ésto es normal, en mi estado. —Insisto, deberíamos llamar al doctor. — No, hace falta. —Si hace falta. —Henry, es normal que una mujer embarazada tenga náuseas, sobre todo en las mañanas. Recuerda que estoy embarazada y con ellos vienen las náuseas, los calambres, los cambios de humor y otras cosas más. —Tienes que cuidarte ya tienes tres meses de embarazo. Se lavo las manos y la cara, salió del baño y volvió al comedor. Volvió su mirada a la ama de llaves y le dijo: —Por favor retire mi comida de la mesa. La mujer enseguida retiró su plato. —El, del señor también, por favor. La ama de llaves giró su mirada hacia Henry, en espera de confirmación. —Retira la comída, debes obedecerla en todo lo que diga y en todo momento. Dándole el puesto de "Señora de la casa". —¿Será posible que desayunemos solo frutas y jugos, el olor a comida me provoca náuseas?. —Por supuesto, no tengo ningún problema con eso. Henry se encontraba de nuevo con las emociones que estaban creciendo en él. Le provoca agarrar a Jennifer, por la cintura, besar su boca, su cuello, sus senos y decirle que aquello empezaba a ser para él algo más que una simple pacto comercial. Desde el día que la había llevado en brazos a su habitación, había hecho todo lo posible por trabajar hasta tarde y mantenerse alejado de ella. Todavía bromeaban, y él seguía coqueteando y ella riéndose, pero tenía que hacer un esfuerzo físico para no acercarse a ella. Era como una adicción y él ya estaba volviendose adicto y aunque había deseado que el tiempo del embarazo pasará rápido, ahora quería que fuera lento. Porque con el nacimiento del bebé, llegaria el final del contrato y su vida volvería a hacer una monotonía. El bebé era su principal objetivo, no el de Jennifer. Ella tenía sus propios sueños y metas por alcanzar y él no podía ser un impedimento. Sólo faltaban veintiocho semanas para que el bebé naciera y con el nacimiento del niño, la finalización del convenio......
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD