Capítulo 15

1120 Words
Mordisqueo su lengua con los dientes suavemente y presionó la rodilla entre sus muslos, separándolos, intentando apartar su peso de encima de ella a la vez que la mantenía lo más cerca posible. Jennifer, se sentía atrapada en un sueño; un sueño en el que todo era apresurado y maravilloso. Su vientre se aplastaba contra el suyo, y él la agarró del muslo para levantarlo. Ella rodeó su cintura con la pierna, elevando las caderas hasta tocar su cuerpo. Sus labios estaban hambrientos y, cuando le mordió la lengua, ella gritó su nombre. —Henry, jadeó, y él la liberó al instante, arrastrando los labios por su cuello hasta el hombro. Mordió su labio y tiró, y ella le clavó sus cortas uñas en el cuello.—No, te detengas por favor—resolló. Sus palabras resonaron en sus oídos. Inhaló su aroma. El sabor de su piel llenaba su boca. Se aferró a sus caderas y desabrocho el shorts, para empezar a bajarlo rápidamente, para luego quitar su ropa interior que era lo último que le estorbaba y dejar al aire libre su bello púbico, en ningún momento puso resistencia. Ella tenía deseando esto desde hace mucho tiempo. Henry tomó la franela por ambos lados para sacarsela por la cabeza, quedó totalmente desnuda. Cuando volvió a recostarse en el sofá, sus miradas se encontraron. La película continuaba proyectándose, iluminándolos con su luz cambiante al transcurrir las distintas escena. Henry, se inclinó y le besó en los labios —Eres, una mujer muy hermosa. Susurró febrilmente, y atrapó su boca en la suya una vez más, esta vez de forma más lenta y profunda, mientras sus manos recorrían todo su cuerpo. Deslizó la boca hasta sus senos, retirando el sostén, y liberó sus pechos, que saltaron. Jennifer, gemía y metio sus manos debajo de su camisa. Él se incorporó de golpe, se la quitó, y volvió a colocarse con cuidado sobre ella. —!Por Dios!. Exclamó Jennifer, cuando sus pectorales aplastaron sus senos. Le empujó y cambiaron de posición, de manera que ella quedara encima. Cuando se sentó a horcajadas sobre sus muslos, Henry, tiró de su ropa interior hacia abajo. Jennifer, dio una sacudida y la mano de él se movió entre sus piernas de forma territorial, deslizando los dedos por su labios. Ella dejó caer la cabeza hacia atrás, jadeando, y Henry contempló aquella imagen extasiado, con los pechos que brincaban con cada movimiento. Él jugueteó con el suave vello del ápice de sus muslos y abrió su sexo de nuevo, observando su rostro, deseando que aquel momento no acabase nunca. Tenía los dedos empapados del líquido de su lujuria, y se inclinó hacia adelante para morderle un pezón con delicadeza. —Estas muy húmeda. Jennifer, bajó la mirada, sonrojándose, y se detuvo un momento, antes de deslizar sus manos sobre sus hombros desnudos y ofrecer su boca para recibir otro beso. Henry, introdujo un dedo en su interior y ella se quedó sin aliento, estremeciéndose en su abrazo y moviendo las caderas para sentirlo más adentro. Henry, empujó el dedo y lo volvió a sacar, para volverlo a meter de nuevo, sintiendo cómo sus entrañas se tensaban firmemente a su alrededor. Rodeando su cintura con un brazo, la acercó más a él, acelerando el movimiento del dedo. Hundió la lengua dentro de su boca, y ella emitió pequeños sonidos de placer. —Quiero saborearte toda. Lo oyó decir, sin darse cuenta del significado de sus palabras. La tumbó de nuevo en el sofá y agarró sus muslos, atrayéndola más hacia sí y separando y elevando sus piernas, y ella se sobresaltó cuando su boca se cerró sobre el palpitante y empapado espacio entre sus muslos. Jennifer, levantó las caderas, dejando caer la cabeza hacia atrás, dando sacudidas hasta que él entrelazó sus manos con las suyas. Henry, mantuvo la mirada fija en ella mientras acariciaba su sexo con los labios. Sacó la lengua para lamer su botón rosado una y otra vez, y sintió cómo se convulsionaba debajo de él. Sus pechos se balanceaban con cada sacudida, y él hundió la boca entre sus pliegues, haciéndola gritar y gemir. Tras liberar una de sus manos, introdujo un dedo en su abertura. Jennifer, se estremeció, chillando, jadeando, con movimientos suaves. Tensó las piernas a ambos lados de sus hombros, intentando hacerle parar, aunque fuera lo último que deseaba. Las ondas de placer siguieron llegando, haciendo que se agitara con cada lamida que la atormentaba cada vez más, a medida que se aproximaba al orgasmo. —Henry. Gimió cuando él cambio de posición. Henry, vio que no le rehuía, sino que se quedaba allí acostada, con las piernas abiertas, esperando, e intentó apresurarle tirando de unos cojines. Se la abrió él mismo, sin aliento, y bajo la boca hasta su pezón, succionándolo con delicadeza. Ella le sujetó la nuca suavemente contra su pecho, mientras él pasaba su lengua por sus puntitas rosadas. El dolor de senos que había soportado durante los últimos tres meses, tomó una forma diferente. Sentía unas punzadas deliciosas que no quería que acabaran. Cuando él se apartó, volvió a introducir sus dedos en su parte íntima. Su hombría completamente libre, rígida, palpitante e hinchada. Jennifer, la envolvió en su mano y lo miró con ojos desencajados. Sin pensar, sin preocuparse. —No, sabes cuánto te deseo. Dijo con exitación, sintiendo que era lo más natural. Henry, tomó su boca en la suya, mordisqueando suavemente sus labios. —Me gustan tus pezones. Ella enseguida se los entrego y él la atrapó con los dientes, succionando y mordiendo mientras sostenía la base de su polla y descendía sobre ella. De repente escucharon que tocaban la puerta. Que hizo que ambos saltarán. —Um momento, por favor. Dijo Henry , un poco molesto. Se separó de ella, recobrando la respiración. Se puso el pantalón, se colocó la camisa y se dirigió hacia la puerta, mientras tanto Jennifer buscaba en el piso el shorts y la franela, se vistió y se volvió a sentar, apretando un cojin. Se quedó allí sentada, inmóvil y aterrorizada. Sintió aumentar su ansiedad al empezar a procesar lo que acababa de pasar. El sabor de sus labios aún estaba en su boca. Le había lamido los pechos y saboreado su orgasmo. —Disculpa, tengo que hacer una llamada urgente. Dijo Henry desde la puerta antes de desaparecer. El corazón de Jennifer, dió un vuelco. Su voz había sonado sin ningún tipo de emoción. El hecho de que casi hubiesen tenido sexo no significaba que su relación avanzara. Esto jamás debió ocurrir. Se decía a si misma y estaba segura que Henry, opinaba igual que ella. Ella estaba ahí para gestar a su hijo solamente......
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