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—Si algo he aprendido de este lugar es que nunca debes dejar tus pertenencias solas, tienden a perderse en manos equivocadas—aconseja manifestando que tal vez la chica que me ha atendido o quizás alguien que me hubiese visto entrar a la habitación, entro a robarme. Abro la caja asustada de que se hubiesen llevado algo de gran valor sentimental para mí, pero al revisar su interior no sé exactamente si todo está en su lugar. —¿Viste si se llevaron algo?—me animo a preguntar y en caso de que así fuese, debo bajar enseguida y emboscar aquel que se ha atrevido tomar sus cosas. —Me parece que no, recién estaban aprovechando tu ausencia para buscar entre tus pertenencias, pero lo único que encontraron fue esa caja llena de chucherías—se expresa como si lo que hubiese dentro de mi caja no fuese