When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
—¿Alguien como tú conoce a un noble que pueda ofrecerme?—toma un gran trago de su copa y luego ríe entretenido, quizás todo lo que digo es un chiste para él, pero para mí es todo lo contrario. —¿Que te ayude simplemente porque sí?—su tono irónico comienza a irritarme—claro que no, pero que me deban un favor a mí, por supuesto que sí. —¿Cuándo se ofrecen los obsequios?—mi mente comienza a maquinar un plan, una idea perversa que deseo emplear en este instante, pero desgraciadamente tengo las manos atadas, sin la ayuda de Denua, todo lo que se está formulando en mi cabeza no tiene ningún sentido. Alguien llama a la puerta, Denua la mira por un instante y sonríe satisfecho. —El trabajo me llama, pero ya que me has entretenido bastante, responderé a esa pregunta. Solo hay dos ocasiones, sol