(NARRA ALEJANDRO) Los dos estábamos detrás de la puerta ella dentro y yo fueran. Escucho como mi pequeña se arrastra por la puerta, me imagino que estará sentada en el suelo llorando ¡joder! solo de imaginalo me duele. Mientras tanto yo sigo apoyado en la puerta, dando débiles golpes, ya que con mi maldita herida no puedo más,de mis labios solo salen más que súplicas, para que ella me abra , necesito hablar con ella, estoy roto sin ella, la amo, la amo más que a nadie en este mundo. Ella es mi pequeño ángel. —Por favor , por favor _ dije con las lágrimas en mis ojos _ ábreme ángelito , necesito hablar contigo, por favor. —Vete _ me respondió ella, su voz era temblorosa y débil. —Por favor pequeñas _ volví a repetir una y otra vez , la necesito. —¡No! _ grita Bianca con una voz débi