Capítulo 5 Hacerse cargo del Grupo Reece

1167 Words
—Señora Reece, por favor diga algo. Shayla sonrió y dijo con confianza —Gracias por preocuparse. El señor Keaton y Kate celebrarán la boda según lo previsto. —En cuanto a la fecha, es difícil decirte más. Por favor, dales algo de espacio. Gracias. —¿Qué pasa con el testamento del Señor Reece? Quería que Julianna se hiciera cargo del Grupo Reece. ¿Es cierto? —¡Bueno... ciertamente no es verdad! Todo el mundo, por favor, no crean en rumores. El Grupo Reece es una empresa tan grande. Es imposible dejar que una chica sin experiencia se haga cargo. Shayla tenía muy clara la personalidad de Julianna. A ojos de Shayla, Julianna había sido una pusilánime débil y atolondrada desde joven. Shayla tenía la confianza suficiente para manejar a Julianna y convencerla de que renunciara al derecho de sucesión al Grupo Reece... En ese momento, Julianna y Glenn salieron del cementerio. —Señora Reece, ¿le gustaría hacerse cargo del Grupo Reece? —¿Hizo el Señor Reece testamento para permitirle ser la cabeza del Grupo Reece? — Ante las preguntas de los medios, Julianna dijo con calma —Sí. Julianna avergonzó a Shayla con una simple palabra. —Señora Reece, ¿podría compartir algo sobre el testamento? —He encargado al abogado que se encargue del testamento. Daré una rueda de prensa y anunciaré el testamento más tarde. Gracias. Shayla frunció los labios, avergonzada. Apretó los dientes y fulminó a Julianna con la mirada. Shayla pensó, zorra, hace unos años que no te veo, y has aprendido a jugar malas pasadas. —Julie, no puedes decir tonterías delante de los periodistas. ¿Has hablado con tu padre sobre el testamento? ¿Has pedido la aprobación de la junta? —Carsen acaba de ser enterrado. ¿Vas a ocupar el puesto de tu padre como presidente? Cuando Shayla terminó de burlarse, miró a Julianna. Julianna miró directamente a los ojos de Shayla. —Solo sigo los deseos del abuelo. Si tienes alguna pregunta o queja, ponte en contacto con mi abogado. Después de eso, Julianna ignoró a Shayla y siguió a Glenn al coche... —Tú... zorra...—Shayla estaba furiosa. No esperaba que Julianna se hubiera vuelto autoritaria, ya que no se conocían desde hacía unos años. Shayla pensó que debía ser Glenn quien le daba consejos. La zorra de Julianna no es tan lista y fuerte. Si no, no se atrevería a ser tan dura.... Tres días después... Se celebró una reunión del consejo de administración en el edificio del Grupo Reece. Dexter, Shayla, Konnor, Kenny y los otros dos directores, Quinton Hunt y Leroy Welch, asistieron a la reunión según lo previsto. Inesperadamente, Edwin también asistió a la reunión. Poseía el 15% de las acciones del Grupo Reece, pero nunca se había implicado en su gestión. En aquel entonces invirtió en el Grupo Reece por generosidad. —Hoy tengo mucha suerte. Señor Keaton, no esperaba que apareciera. Quinton y Leroy estaban ansiosos por adular a Edwin como si fuera la columna vertebral del Grupo Reece. Edwin se sentó en el taburete con rostro sombrío, noble y frío. Era indiferente a sus halagos. Aunque no hablara, Edwin parecía muy poderoso. Poco después... Julianna también estaba aquí. Hoy llevaba un elegante traje n***o con una camisa blanca de rayas debajo. Julianna también llevaba gafas de montura negra y el pelo recogido. Se maquilló tenuemente con pintalabios carmesí. Así, Julianna parecía muy impresionante. Era como una mujer con estilo profesional. —Solo el personal puede quedarse aquí. Esto es una reunión del consejo, no una reunión familiar. —Julianna miró con indiferencia a Shayla y a sus dos hermanastros, y les pidió sin piedad que se marcharan. Al oír eso, Shayla apretó los dientes con rabia. —¡Qué arrogante eres! ¡Venga ya! No te has convertido en el presidente. —Sin embargo, te has vuelto autoritaria. Julie, aquí cualquiera está más cualificado y capacitado que tú. ¿Cómo puedes ser el presidente? —El Grupo Reece es una gran empresa. No eres más que una niña tonta. ¿Realmente eres capaz de dirigirla bien? Konnor también estaba furioso. Dio un golpe en la mesa, se levantó y gritó —Así es. ¿Cómo te atreves a quitarle el puesto de presidente a papá? ¿Qué has hecho por el Grupo Reece? —No te tomes demasiado en serio. El abuelo está embrollado. Ese testamento no puede ser serio. Será mejor que salgas de aquí cuanto antes. Si no, no acabarás bien. El abogado que estaba junto a Julianna se subió las gafas por la nariz y dijo con seriedad —Señor Reece, señora Reece, por favor, cuiden su lenguaje. De lo contrario, la señora Reece puede demandarles por amenazas y calumnias. —¿Cómo se atreve a asustarme? ¿Solo ella puede permitirse un abogado? Julianna miró fríamente a Konnor y llamó a su ayudante al otro lado de la puerta. Al cabo de un rato, entraron varios guardias de seguridad fornidos. —Todo el mundo fuera que no necesita estar aquí. —No saldré. ¿Qué puedes hacerme? Los guardias de seguridad indicaron amablemente a Shayla y a los demás que abandonaran la sala de conferencias. —Esta es mi compañía. ¿Cómo te atreves a tocarme? No me iré hoy. Veamos lo que puedes hacer. Naturalmente, los guardias de seguridad no se atrevieron a hacer ningún movimiento. Ante eso, Konnor se volvió aún más arrogante. —Julianna, ¿quién te crees que eres? ¡Qué arrogante eres! No creas que no me atreveré a golpearte solo porque eres una mujer. Mientras hablaba, Konnor movió el brazo y quiso abofetear a Julianna. Konnor siempre había estado fuera de control en la familia e incluso era el futuro heredero que Dexter había reconocido. Ahora que a Konnor le habían quitado su propiedad, ¿cómo no iba a ponerse nervioso? Dado que Julianna estuvo a punto de recibir una bofetada, Edwin no pudo seguir manteniendo la calma y se levantó del taburete. Pero antes de que Edwin pudiera hacer otro movimiento, Julianna había evitado la bofetada de Konnor. Entonces, Julianna le apretó la palma de la mano, lo empujó hacia delante y lo golpeó contra el escritorio. Al instante, los labios de Konnor se rompieron y la sangre brotó de su boca. —Tú... ¿Cómo te atreves a golpearlo? Konnor, ¿estás bien? —Shayla vio a su hijo sangrando. Se sintió herida y casi derramó lágrimas. —Sácalos. —Sí, Señora Reece. —Los guardias de seguridad sacaron a Konnor y a los demás. Julianna miró la sangre de su mano y frunció el ceño. —Lo siento, por favor espera un momento. Voy al baño. Con eso, Julianna salió directamente de la sala de conferencias y se dirigió al baño. Tras entrar en el cuarto de baño, abrió el grifo y se disponía a lavarse la sangre de las manos cuando la puerta se abrió de un empujón. Edwin entró.
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