Capitulo 3

894 Words
Ginebra, Suiza —Bill, marcaron de la producción de Love and Blood, quieren que te contactes con ellos urgente—dijo el padre de Bill mientras él salía de su habitación adormilado tomando el teléfono —Después marco—dijo Bill desanimado —Por favor hijo, esto no es un juego, tú tienes un contrato y debes cumplirlo—ordeno el señor Brunner —¡Ya!, ya está bien, lo haré, no grites tanto—dijo un Bill molesto —¿Pero anoche qué tal la fiesta? Debes ser más responsable—se para frente a él —Por favor papá, no estoy para charlas—tomo el teléfono y se encerró a su habitación —Estaré presionándote hijo—dijo por último ?*Llamada entrante* —¿Hola?—contestaron al otro lado de la línea —Soy Brunner—solo eso dijo el ojiverde —Ah Bill, que bueno que te reportas, solo para avisarte que la próxima semana se harán las grabaciones para la tercera temporada de Love and Blood—dijo entusiasta aquella persona —Está bien, ¿Dónde serán las grabaciones?—pregunta sin ánimos —En Pensilvania—Bill no puedo evitar soltar un suspiro —De acuerdo, allá nos vemos—corto la llamada sin esperar a que la otra persona se despidiera *Fin de la llamada*? Se incorporó de nuevo a su cama, pero eso le fue imposible, ya que el señor Brunner ordenó que los empleados lo levantaran y fuera a desayunar, con mala gana se levantó, porque sabía que su padre insistiría. La familia Brunner se encontraba en aquel comedor grande desayunando, todos miraban a Bill y él sentía aquellas miradas a las cuales ignoro. Se fue a su habitación a ver un poco de televisión, su hermano menor Liam entro —¿Bill?—toco la puerta y la abrió, Bill le hizo seña de que entrara—Papá irá a NY a ver la casa que dijo que compraría—Bill inmediatamente se levantó —¿De verdad? ¿Solo irá él?—pregunta el ojiverde emocionado y su hermano asintió—Tengo que ir con él, quiero ver esa casa, que pronto será mía—dijo presumiendo y su hermano le lanzó una almohada El señor Brunner y su hijo Bill tomaron un vuelo a NY, Bill era el más emocionado, ya que él quería una casa ahí, pero por una cosa u otra no la había comprado. Al llegar los dos al aeropuerto de NY, un joven de agencia los llevo hasta aquella casa, era muy espaciosa y elegante —En persona es mucho mejor—dijo el señor Brunner hablando con aquel chico —Entonces que dice, ¿es suya?—lo pensó un momento y asintió—Perfecto, permítame hacer los trámites, requiero firmas de usted y unos documentos—dijo el chico —Papá, si no te importa quiero dar una vuelta—habló Bill y el señor aceptó Bill traía algo discreto, para no ser reconocido en las calles de NY, una de las cosas que lo hacía infiltrarse en los demás era usar lentes oscuros. Durante su camino compró un café, caminaba por el puente de Brooklyn y para su suerte una chica le tiro aquel café recién comprado —Soy Dania Speitzer, mucho gusto—extendió su mano —Bill Brunner, el gusto es mío— tomo su mano besando sus nudillos —De verdad lamento todo esto—dijo la chica, Bill se sentía extraño con ella, ya que ella no lo reconoció, ni por el nombre —Deja de preocuparte, no pasa nada—él sonrió y ella igual —¿Eres de aquí?—pregunta el joven Brunner —No, solo estoy de visita, soy de Toronto—Bill no pudo evitar sentir tristeza al saber que ella no era de NY —Toronto es lindo, me han dicho—dijo bebiendo lo que quedaba de su café —Lo es, algún día deberías ir—la chica hablaba sin titubear —Si tú me invitas iré—dijo coqueto —Claro por qué no y ¿tú eres de aquí?—ella habla con el cómo si de verdad no lo conociera —Pronto—Dania lo mira sin entender—Si, pronto viviré acá, pero soy de Suiza—Dania se asombró mucho al saber de donde provenía, el teléfono de Dania comenzó a vibrar, al revisarlo miro que se trataba de Owen, ella miró a Bill y sonrió algo nerviosa —Me tengo que ir, un gusto hablar contigo—Dania guarda su teléfono en el bolsillo —El gusto fue mío, crees que....... ¿Que puedas pasarme tu número?—pregunta nervioso el ojiverde, ella asintió—Bien, entonces dame tu número, estaré en contacto contigo—pidió el joven Brunner y ella se lo dio, ambos se despidieron tomando rutas diferentes. Ella se encontró con un Owen preocupado, ella se limitó a darle detalles y lo entendió, se fueron al aeropuerto para ir a casa. En cuanto a Bill, en su cabeza le rondaba mucho aquella chica llamada Dania, pensó, "es la primera chica que conozco que no se emociona o grita al verme pidiendo fotos o autógrafos, ella me vio tal y como soy", con una sonrisa en su rostro se fue con su padre .
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