Capitulo 22

1153 Words
El castaño asimilaba cada palabra que provino de su amigo, el ojiverde, sería cierto que, ¿Dania siga pensando en Bill? No podía dudar del amor de aquella chica, él había notado que Dania estaba muy a gusto con él, en cambio, al hablar de Bill era un tema incómodo. El castaño fue hasta el camerino de su amada —Linda, soy yo—toco la puerta el castaño, enseguida esta fue abierta —Hola niño lindo—ella se lanzó a él con un tierno beso haciéndolo pasar —¿Qué tal te fue en tu primer ensayo?—pregunta el chico sentándose junto a su novia en un sofá —Nada mal, fue una buena experiencia—sonrió desanimada —No te escuchas muy convencida, linda, ¿por qué?—él toma de su mano fijando su mirada en ella —Todo estuvo bien, es solo que, tendré escenas con ya sabes—ella rodó los ojos y Landon soltó un suspiro —Bueno, nena, si no quieres participar con él, pues deberías...—fue interrumpido —Créeme que eso quería hacer, pero papá insistió y se veía emocionado, no lo quería desanimar—hizo una mueca, Dania, Landon sujeto su mano —Eres una buena hija y una excelente novia—este le sonrió y se acercó lentamente a sus labios, dándole un casto beso —Y tú eres un encanto de novio—ambos jóvenes enamorados se devoraban a besos —Dania, ¿puedo preguntarte algo?—él se tornaba serio y Dania con una sonrisa —Claro, dime que ocurre—ella mantenía sus manos en el cuello del castaño —¿Tú piensas en Bill?—la chica abrió más los ojos, jamás pensó que Landon le hiciera esa pregunta —No, no pienso en él—sonrió besando la mejilla del chico, pero él no estaba muy convencido —De verdad Dania, ¿ya no piensas en él?—el castaño temía de la respuesta de la joven —Es verdad Landon, tú te has portado de lo más encantador conmigo, te quiero y quisiera pasar el resto de mis días contigo—el chico mostró su perfecta sonrisa, convencido de lo que la joven le dijo —Te adoro Dania, para mí sería un honor estar contigo el resto de mis días—se fundieron en un beso apasionado, este la recostó en el sofá, quedando un poco encima de ella, pero tocaron la puerta —Mal momento—dijo la chica parándose y acomodando su cabello desordenado—¿Qué se te ofrece?—habló la joven recargada en la puerta con mal humor —Qué humor te cargas, solo vine a traerte esto, lo olvidaste—era Bill, le entregaba a Dania el libreto —Gracias, ahora si me permites estoy muy ocupada—iba a cerrar la puerta pero este la detuvo —¿Por qué te portas así conmigo? Ya deja de portarte así, si quieres podemos hacer amigos—Bill sonreía de una manera que a Dania estremecía —¿Qué ocurre Dania?—pregunta el castaño detrás de ella —Ah amigo, lo siento, no me percate de que estabas aquí, bueno los dejo solos—sonrió tan hipócrita Bill para darse la media vuelta e irse —Vaya, sí que es impertinente—soltó un bufido, provocando que su novio riera ante lo dicho —Anda, no estés de mal humor, vamos por un helado—besos sus finos labios y salieron del camerino (...) Bill se sentía un completo idiota, su amigo estaba ahora con Dania, pero no podía quedarse esto así, él creía que podía robarle el corazón de la chica a su amigo. Por lo pronto esperaría señales de Kate para poder encararla y acabar con esto de una buena vez y hacer las cosas bien. Bill fue a su habitación, no tenía ánimos y ganas de salir, al entrar a su habitación vaya cuál fue su sorpresa —Mi amor, regrese porque te extrañaba—decía la joven Kate entusiasta abrazando al ojiverde —Si claro, eso me imagino—decía muy frío Bill alejándola —¿Estás bien? Por cierto cariño, perdí mi teléfono, tuve que comprar otro—decía con leve puchero la joven embarazada, fingiendo que nada pasaba —No, no lo perdiste Kate-—dijo Bill conteniendo su ira —¿Qué? Bueno, es que cuando iba en el avión yo.... yo ya no...—Bill la interrumpió —Lo dejaste aquí Kate, el teléfono siempre estuvo aquí y sonó constantemente—la chica pudo sentir un escalofrío, comenzaba a sudar frío mientras Bill sacó el teléfono de su saco —Qué bueno..... que bueno que tú lo conservaste—se iba a acercar a tomarlo pero este lo alejo —¿Me quieres explicar quien esa persona que te manda mensajes? Y con la cual te quedaste de ver—Kate estaba sudando aún más sentándose en la cama —Ah, sí.... si lo que pasa es que una prima que me quería ver—Bill entre cerro los ojos sin creer una sola palabra de su novia —Bien, entonces no hay ningún problema en que yo le marque a tu prima, ¿cierto?—hizo comillas al decir prima —No creo que sea el momento cariño, tal vez esta.... esta ocupada—decía con nervios a flor de piel la chica —No me interesa—Bill, busco el contacto para iniciar la llamada *Llamada entrante* —Hola amor que bueno que me marcaste, ¿Qué no dijiste que habías perdido el número?—la voz que provenía de la otra línea era de un hombre, Bill de inmediato centró su mirada en Kate *Fin de la llamada* Bill apretó la mandíbula y sus puños, aventó el teléfono de aquella chica contra la pared, logrando que quedara hecho pedazos, Kate soltó un grito al ver tal escena. Él con velocidad se acercó a ella y la tomó del brazo con fuerza, ella se quejaba, Bill la miraba con mucho odio, no lloraba, ya que sus sentimientos a ella se había roto después de lo que escuchó en aquella llamada —Nunca quise creer lo que decían de ti Kate—dijo en seco Bill—Siempre me advirtieron que eras una.... una cualquiera—trataba de no decir una ofensa —No, no amor, no es así, yo puedo explicarlo—decía la joven embarazada llorando —No quiero explicaciones Kate, quiero que tomes tus cosas y te vayas de aquí, cuando mi hijo nazca estaré ahí—dijo Bill al fin soltándola—Aunque ahora que lo pienso, ¿ese hijo es mío, Kate?—Bill se acerca de nuevo a ella y ella solo baja la mirada llorando más—Esto tiene que ser una jodida broma—grito el oijiverde ahora si llorando
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