El Arte de Amar ©

Capitulo 10

Dania se sentía estúpida e ingenua, como pudo pensar que un actor famoso la tomaría en serio, solo fue una burla. Ella corrió a su habitación, jamás lloró, el sentimiento a Bill fue odio y rencor, su amigo Owen insistía en verla, pero esta se negaba. A la mañana siguiente irían al aeropuerto, el viaje había concluido, Dania empaco sus cosas, pero antes, su padre habló con ella

—Mi querida Dania, por favor piénsalo bien, quisiera tenerte cerca, compensar todos estos años que no estuve contigo—incitaba el señor Speitzer

—Yo también quiero estar cerca de ti, pero quiero terminar mis estudios—comentaba la joven Dania

—Está bien hija, te estaré esperando, mientras tanto quiero que estemos siempre en comunicación, te mandaré dinero y no acepto un no por respuesta—la joven Dania hizo mueca

—De acuerdo papá, es hora de irme, te veré en unos meses—ella lo abrazo de una forma tan cálida y amorosa

—Te adoro, hija, buen viaje—beso su frente y se despidieron

(...)

—K..... Kate, ¿Qué haces aquí cariño?—pregunta Bill mientras ve a Kate sentarse en la cama con una gran sonrisa

—¿Pues tú que crees tontito? Vine a darte una sorpresa—dijo entusiasta la joven Kate estirando sus manos para que Bill las tome

—Vaya sorpresa—él tomó sus manos y la beso en los labios

Ambos se quedaron en la habitación del ojiverde, en un descuido de Bill, le mando mensaje a Dania disculpándose por lo ocurrido, jamás obtuvo una contestación. Era lógico que Kate se quedará con Bill, él se levantó muy temprano a caminar antes de las grabaciones. Bill llegó a las grabaciones, se sentía fatal por todo lo que había ocurrido en una sola noche, decidió mandarle mensaje a Dania

Bill

Hola Dania, espero que tengas un gran día, lamento de verdad lo que pasó ayer, pero me paso algo que no esperaba. 11: 26 am

Bill

No quiero que te enojes conmigo, ¿sí? Por favor quisiera hablar contigo. 12:42 pm

Durante los recesos que daban en las grabaciones Bill aprovechaba para sacar su teléfono y mandarle mensajes, los mensajes jamás fueron vistos, a Bill le preocupaba. Landon como bien amigo hablo con el de lo ocurrido

—Te lo dije amigo, eso era jugar con ambas chicas, ha puesto a que Dania ya no querrá saber nada de ti—dijo el castaño soltando un bufido

—Ya ni me digas, esto está jodiéndome, necesito disculparme con ella en persona, amigo—dijo Bill bebiendo su café

Bill visualizaba al señor Speitzer para que él le proporcionará información de su hija, pero antes tenía que seguir en escena. Cuando terminó su escena, camino con nervios hacia el señor. El señor Speitzer lo vio llegar y lo saludo con mucho gusto y una gran sonrisa

—Que tal joven Brunner, lo veo afligido—dijo el señor estrechando su mano contra la de él

—Estoy bien, todo perfecto—sonrió sin ganas Bill

—¿Qué te puedo ofrecer?—el señor Speitzer miro atento a Bill

—Señor, quisiera saber si Dania se encuentra con usted o sabe dónde está—susurró Bill para no ser escandalizado ante los demás

—Bueno, mi hija se fue esta mañana de Pensilvania—lo dijo con melancolía pero sin quitar su sonrisa

—¿Se fue? ¿Pero por qué?—Bill pareció asombrarse

—Porque tenía que regresar a su escuela, venir a Pensilvania fue por un proyecto de escuela—sonrió el señor Speitzer

—Entiendo, le da mis saludos—de nuevo Bill estrecho su mano con la de él y se fue

Ahora comprendía que fue un error haber dejado a Dania plantada sin dar una clara explicación, ella se marchó muy lejos de él, él no puede hacer nada, no puede escapar y menos sabiendo que Kate ahora estaba en Pensilvania con él. Bill regresó a su habitación, ya que Kate le mando un texto pidiéndole que fuera por una sorpresa. Al entrar a la habitación la miro sentada en la orilla de la cama

—Cariño, ¿Qué tal te fue?—pregunta la joven entusiasta y Bill intenta poner mejor expresión

—Bien linda, todo bien—camina hacia la cama, pero ella lo detiene

—Necesito decirte algo Bill—ella lo toma de las manos y baja la mirada

—¿Qué pasa Kate?—pregunta Bill desanimado

—¡Estoy embarazada!—lo miro a los ojos con una enorme sonrisa, Bill trataba de analizar esas palabras