Prólogo. La mejor amiga
Ese día había ido agotador para Chiara.
Solo esperaba que su amiga la recibiera bien, rezaba por eso aunque no era creyente. Chiara fue criada como católica, aunque era una devota atea. Solo creía en ella misma.
Al abrirse la puerta la sorpresa de Calixta, al encontrar a su amiga Chiara una modelo de pasarela muy famosa en su Italia natal, pero de perfil un poco más bajo a nivel internacional, era notoria.
A Chiara le decían la Bella Hadid italiana. Así de bella era. Con su estatura y porte que denotaban un origen noble.
Su familia era de Milán, su padre tenía un importante negocio de sastrería muy conocida y su hermana (la más conocida de todos pues era en total 5 hermanos de tres madres diferentes ) era Valentina Ferrante, una influencer y empresaria famosa, con su propia línea de indumentaria y accesorios, que había erigido su propio imperio sola. Era la más reconocida (y presentable) de la familia. Una vez Chiara le dijo riendo que si ella era la oveja negra, su hermana era la oveja blanca de la familia.
Chiara Ferrante fue la única persona que le dio una mano a Calixta cuando esta llegó a Milán, donde ella vivía y de dónde era oriunda la top model europea.
La vio un día en un casting y luego le dijo, que le dió pena, pues la había visto tan rota...
Calixta sabía que mucha gente creía que Chiara era una perra sin corazón por acostarse indiscriminadamente con cualquier hombre que le gustara: casado, soltero, viudo, divorciado, con hijos, sin hijos, gay, heterosexual, ningún hombre le decía que no a ella. Nadie era ajeno a sus encantos.
Tampoco tenía inconveniente alguno en acostarse con novios,exs, o maridos de sus conocidas o amigas. Lo cual hacia que las mujeres la evitaran como la peste
Un día Calixta le preguntó qué porque lo hacía y Chiara respondió encogiéndose de hombros
—Yo no los obligo. Solo me les propongo y ellos caen a mi cama solos— Es que era irresistible la italiana. Calixta estaba segura de que no había conocido un NO , de parte de un hombre, en su vida. Quizá ni siquiera de parte de su familia.
Que un hombre que le gustara tuviera un compromiso no era impedimento para Chiara, que ese hombre fuera pareja de una 'amiga' o conocida suya tampoco, por eso justamente casi no tenía amigas. Cómo Calixta en ese momento (cuando se conocieron y gran parte del tiempo que compartieron juntas) no compartía su gusto por el sexo opuesto y solía estar con mujeres (aunque era bisexual), nunca habían tenido ningún problema al respecto. A Chiara solo le gustaban los hombres.
Ahora Chiara estaba en la puerta de su casa en Texas con un mohin en sus labios, y un par de maletas con los monogramas de la línea de su hermana, a sus espaldas, delatando sus intenciones.
Desde que se encontraba en Texas, Calixta, estaba muy desconectada de la redes así que supuso que si algo había llevado a la top model a un rancho en medio de las tierras de Texas (justamente a la modelo que era una citadina al 100%), la cosa debía ser grave. Y mucho.
Chiara era una mujer de 1.77, delgada de rasgos gatunos, cabello castaño oscuro lacio que llevaba en un corte Bob más largo delante que por detrás, por los hombros. Los ojos gatunos, que a simple vista parecían también castaños eran de color pardo. Cómo la hierba revuelta en el barro luego de un día lluvioso pensaba Calixta siempre cuando los veía.
Chiara se tiró a los brazos de Calixta de manera dramática y la abrazo fuerte.
—¿Como te dejaron entrar?—murmuró una aún sorprendida Calixta todavía envuelta en un fuerte abrazo de Chiara.
Esta era su amiga si, pero su aparición significaba problemas. Siempre. Sin excepción.
—Ay cara, es que hace un par de años Tony me trajo de acompañante para navidad. Desde que está con esa chica me rechaza y¡ hasta me negó la entrada al hotel!!!— exclamó con un marcado acento italiano.
—No me puedo imaginar porque— murmuró Calixta.
Chiara ignoró el comentario y pasó con sus cosas.
—Me bloqueo de sus contactos antes de explicarme por texto que era un hombre comprometido y no quería ya tener nada más conmigo— Chiara suspiro con tristeza —Es una pena, tu hermano era tan bueno en el sexo oral...—se lamentó.
—Aggg Chiara por favor, demasiada información— exclamó Calixta.
La mujer que ya había entrado, se dejó caer en un sofá con gracia, como toda ella. Llevaba puesto un vestido strapless n***o drapeado y unas sandalias de taco alto con tiras que cruzaban sus bien formadas pantorrillas.
No era la vestimenta apropiada para el campo.
—Estem...no lo tomes a mal, agradezco tu compañía— mintió Calixta. Puesto que Chiara no podía caer en peor momento. —¿Pero, que haces aquí?— le preguntó extrañada.
—Ven sientate junto a mi cara— dijo la modelo y palmeó el espacio junto a ella en el sofá —...mejor te lo muestro ya que por lo visto aquí no llego la señal de wifi— dijo en clara ironía a la desconexión de Calixta.
Esta se sentó a su lado y observó todo lo que la modelo italiana le mostró , era algunos titulares con fotos y luego le explicó:
—El es un jugador de Milán. Es inglés y su mujer una celebridad inglesa. Yo no sabía que estaban juntos...— Calixta, le quitó el celular de sus manos para ver fotos del i********:. Todo lo que se veía era una pareja feliz...o mejor dicho, una familia feliz...
—Pero Chiara...¿no viste su i********:, acaso?— le pregunto sorprendida Calixta.
Chiara hizo un gesto desestimando el asunto con su mano.
—Como sea— respondió con su acento marcado italiano —Ella me llamo 'Maldita perra rompehogares' en una historia de i********:. Es un escándalo en Milán y en el Reino Unido. Me lapidaron querida...No entiendo porque ¡si yo no lo obligué a nada!— exclamó indignada.
Calixta pensó que, a pesar de las circunstancias, era un buen punto el de Chiara. Al fin de cuentas ¿porque era la tercera en discordia la señalada y no el hombre, quien era el que debía ser fiel en la pareja?
— Papá me dijo que estaba cansado de mis...¿como dicen aquí? problemas se pantalones...y que desapareciera por el bien de la familia antes de que me desheredara...— concluyó amargamente Chiara. Se la veía menos enérgica que de costumbre.
—Asi que bueno, pensé que debido al favor que te hice hace tantos años ya, ¿quizá podrías recibirme???- inquirió con cara de súplica. Parecía el "Gato con botas" de Shrek con esos ojos en modalidad de dar lástima.
Pero estaba a punto de lograrlo. Calixta ya la estaba mirando con un poco de pena.
—Por favor, cara, será por un breve tiempo— le hizo un gesto de suplica uniendo las palmas de sus manos. Que era lo único que le faltaba.
—Esta bien— dijo derrotada Calixta.
—Eres la mejor amiga del mundo mundial.— Dijo cambiando su expresión llorosa por una sonrisa y tirandose nuevamente a sus brazos.
—Veras que nos divertiremos Calixta— expresó emocionada. Aunque Calixta no estaba muy segura.
Por lo que la texana exclamó en un tono mucho menos festivo e incluso ya resignado, considerando los antecedentes de su amiga...
—No tengo duda alguna—