Narra Casandra —Vamos, cariño, quiero que seas mi conejito de esquí —dice Jared. —Nunca había visto ropa de esquí como ésta. Tiemblo de terror mientras sostengo los sexys pantalones negros ajustados hechos de licra negra elástica. —¿Qué pasó con las cosas infladas de antes? —Tecnología. Invertí en la empresa que inició todo el asunto de la ropa sexy para esquiar para mujeres y quiero verte usándola. ¿Cuánto tiempo hace que no esquías? Casi me siento tentada a volver a salir a la montaña, solo por la ropa y las botas de nieve de piel blanca. —No tengo ropa interior ni calcetines, ni… —Tienes todo eso. Pedí a la tienda que te enviara todo lo que necesitas. —¿Lo hiciste? ¿Planeaba mantenerme con él toda la noche incluso antes de que escapáramos del restaurante? —¿Sabías que...? —