Al abrirse la puerta, tuvieron un gran alivio al ver que era ella, a pesar de la oscuridad que había, sólo la luz de la luna los iluminaba, Hannah salió del escondite y corrió a abrazarla.
—Me alegra de que estén bien, espero que tengan mucha fuerza para seguir corriendo, los congelé, pero eso no los detendrá por mucho tiempo, pues quemé la mitad del almacén, cuando el fuego llegue a ellos, vendrán por nosotros. —Miró su reloj—. El barco va a zarpar en diez minutos.
—Tengo una idea Hazel —dijo Alex sacando una carretilla de esquiar vieja y dañada, pero podía servir para ellos, estaba detrás del contenedor de basura.
Seguramente a un pequeño que se le daño y la botó, pues ya pronto comenzaría las fiestas navideñas.
Hazel con su mano derecha expandió hielo en el suelo quedando cristalino, los niños se montaron en la carretilla y Hazel los empujó para que se deslizara por el hielo, cuando la carretilla andaba por si sola, ella se montó y con su otra mano echaba fuego detrás de ellos, para que no existiera rastros que pudiesen seguirlos, mientras que con la mano derecha la tenía extendida apuntando al frente de ellos, haciendo más suelo cristalizado para poder esquiar hacia su destino.
Se detuvieron una calle antes del muelle, querían ser discretos, ya estaba comenzando a salir el sol, caminaron algo relajados hacia el muelle, donde un barco muy grande estaba recibiendo personas, ellos al estar cerca comenzaron a hacer fila, entraron al barco sin ninguna preocupación porque ya tenían sus boletos, se los habían comprado a una señora que tenía justamente 3 boletos y había decidido no hacer el viaje, tuvieron que comprar esos boletos ya que en la casilla ya se habían agotado, ahora ellos estaban en la habitación que tenían asignada.
—¡¿Hazel?! —La llamó mientras se subía por la escalera pequeña que tenía la litera y se sienta en la cama dejando sus pies al aire moviéndolos de adelante y atrás.
—¿Si? ¿Alex? —decía ella acostada boca arriba mirando el techo con sus manos atrás de su cabeza.
—Si esa señora no hubiese decidido a último momento no montarse en el barco, ¿Qué hubiésemos hecho? —Él la miraba muy intrigado.
—Los hubiese congelado para entrar sin permiso —decía Hannah algo obvia, Alex la vio y rodó sus ojos.
—No Hannah, en este mundo nadie puede saber de mis poderes y menos dejar rastros, las sombras nos encontrarían... Pero respondiendo a tu pregunta Alex, no sé qué hubiese hecho —dijo muy pensativa.
—Bueno... por lo menos, ¿Sabes dónde está nuestro padre? —Hazel se sentó y lo miró.
—Créeme que estoy en eso, yo quiero saber porque tengo estos poderes o porque mi cabello es la mitad pelirrojo y la otra mitad blanco o porque tengo este collar todo raro de dos lobos, uno de fuego y otro de hielo, no entiendo nada, no entiendo porque mi padre los secuestró por hablar con su padre sobre mí. —Suspiró y se levantó, con su mano derecha movió sus dedos creando un cubo de hielo.
—¿Para qué es? —Hannah preguntó con una dulce y tierna voz.
—A mis dieciocho años de vida, entendí que la mitad de mi cuerpo caliente que no uso se acumula el calor botando fuego por sí solo, entonces debo comer hielo del lado izquierdo de mi boca para poder enfriarlo y calmar esa parte de mi cuerpo, no quisiera quemar todo sin aviso —decía señalando y masticando el hielo.
—¿Y qué pasa del lado frío? —pregunta Alex.
—No lo sé, aún no he tenido problemas con él, por eso quiero ir a donde su papá, él debe saber muy bien lo que me está pasando. —Hazel creó otro cubo de hielo.
—¿Cómo sabes de que él sabe? —La castaña se cruzó de brazos alzando su ceja.
—Porqué leí uno de sus libros «Fuego y Hielo», no pregunten más, deberían descansar, este viaje dura 4 horas y al llegar caminaremos mucho más —anuncia algo agotada.
Cada uno gruño, pero hicieron caso, pues si estaban cansados, llevaban tres días sin poder dormir bien, escapando de los malos, en cambio Hazel, salió de la habitación, en busca de comida, fue a la cafetería del barco, habían muchas cosas ahí, pero ella no tenía mucho dinero, compro unos panes rellenos de queso y se fue.
Las personas la miraban extraño, ella lo notaba, pero no le importaba, vestía toda de n***o pues ese era su uniforme en su mundo, no le importó huir de allí, ella quería saber su origen y sólo el padre de Hannah y Alex sabía de su origen, Hazel estaba segura de ello, nadie la detendría hasta saber de dónde viene en realidad.
Cuatro horas después bajaron del barco, caminaron muchas cuadras pasando eddificios hasta llegar a un barrio con muchas casas vecinas.
—Estoy muy cansado... ¿falta poco? —decía él jorobado mirando al suelo arrastrando los pies al igual que Hannah, mientras que Hazel estaba adelante de ellos caminando.
—Llegamos —dijo parándose al frente de una casa de un piso color black.
Todas las casas estaban pegadas, los pequeños se sentaron en el piso detrás de ella, mientras ella tocaba la puerta, minutos después, abren la puerta viéndose un joven con ropa negra, cabello n***o y piel muy clara.
—Hola Jackson ¿Cómo estás? —Ella le sonrió y él sólo miro a los chicos detrás de ella.
—¡Hazel! —La abrazo al verla—. ¡Pasen! —dijo algo animado.
Ella y los pequeños se adentraron a la casa, Jackson cerró la puerta detrás de ellos mientras veían el lugar, las paredes eran amarillo pastelero, en la habitación por el lado derecho estaba un comedor con un borde pegado a la pared, al lado izquierdo era la cocina junto con la nevera y las gavetas donde se guarda la comida, también había un lavaplatos, y al frente de ellos, estaba un corredor que guiaba a los cuartos.
En el comedor habían tres chicos y una chica sentados, ellos miraban extrañados a las tres personas que acababan de llegar, uno de ellos se paró señalando a los dos pequeños con una cara de impresión.
—¡Chicos! Ellos son los pequeños que las sombras están buscando. —Todos miraron a Alex y a Hannah, en cambio Hazel se puso adelante de ellos dándole la espalda y extendiendo sus brazos para que nadie se acercará.
—¡Nadie se atreva a tocarlos o se las verán conmigo! —dijo mandando una mirada amenazadora a cada uno de los chicos.
—¿Hazel? ¿Eso es cierto? —Ella lo miró y asintió—. No te puedo ayudar teniéndote aquí si las sombras los están buscando, tendríamos más problemas con tu padre —decía Jackson algo serio, pero a la vez en sus ojos se le notaba la emoción de verla.
—¿Podemos hablar en privado? ¿Por favor? —Jackson asintió, le agarró la mano para guiarla y se van.
Mientras se la llevaban, Hazel miraba a Alex y Hannah mandándole una sonrisa de que todo saldría bien, Jackson la metió en un cuarto cerrando su puerta detrás de él, ella observaba el cuarto, era de color gris, sólo con una cama, parecía el cuarto de una prisión, Hazel al voltear para verlo, él la agarró de la cintura con una mano pegándola a él, con otra mano agarró su mejilla y la besó, ella le aceptó el beso y colocó sus manos en el cuello de él enredándolas ahí, al separarse de ese gran beso, unieron sus frente y se miraron.
—Sigues hermosa cómo siempre, morena, con tus ojos, uno azul y otro rojo, tu cabello todo raro, pero hermosa, no te veía desde que tu padre nos desterró del mundo oscuro, te extrañé tanto. —Y la abrazó muy fuerte.
—Yo también te extrañé, aún no le he perdonado a mi padre por haberte echado del mundo oscuro, lástima que antes de eso me terminaste —dijo ella algo enojada, separándose de él.