El chico se agacha al frente de Hannah y Hazel lo ve alarmada, quería hacer algo en contra, pero tampoco quería equivocarse y hacer un escándalo. —¿Qué sucede con la niña? —pregunta Hazel examinándolo con la mirada, él la mira y queda hechizado por un rato, le sonríe y vuelve a ver a la pequeña. —Simplemente quería decirle que se le cayó esto. —Saca un osito de peluche de la oreja de Hannah, tal cual como el truco de la moneda. —¡Wouh! No sabía que tenía eso en mi oído, gracias. —Lo abraza y Hazel la separa de él inmediatamente, el chico la ve un poco extrañado por su actitud, pero a la vez comprendía la desconfianza. —No abraces a extraños hermanita. —Hazel da media sonrisa al chico y él se levanta. —Lo siento. —Hannah agacha su rostro. —No sabía que no te lavabas los oídos hermana